Inaugurar una obra conlleva, aunque sólo sea muy de vez en cuando, algo más de esfuerzo que el protocolario corte de una cinta. Y si no que se lo pregunten al director general de Administración Local, José Luis Montes. Según me cuentan mis informadores alleranos, el pasado miércoles acudió, junto a su jefa, Ana Rosa Migoya, a la puesta de largo de la primera obra del plan regional anticrisis, consistente en la mejora de una red de aguas en Cabañaquinta. Tras el acto, y en la localidad de La Enfistiella, la comitiva inaugural se apercibió de que el teniente de alcalde de Aller, el socialista David Moreno Bobela, había dejado aparcado el coche junto a un pequeño «precipicio», de tal manera que las ruedas traseras quedaban en el aire, amenazando con una caída de nefastas consecuencias para el vehículo. Así que, ni cortos ni perezosos, políticos y responsables de la empresa constructora se pusieron manos a la obra para evitar el siniestro total. Montes, como demuestra la imagen de la derecha, también puso de lo suyo. Eso sí, sin tan siquiera quitarse la gabardina.