Oviedo,

R. L. MURIAS

Quieren que sepan que en sus hoteles, casas de aldea e instalaciones turísticas no hay lugar para los clichés ni los prejuicios y por eso han decidido unirse a la red «gay-friendly». No ofrecen nada al colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). Nada diferente de lo que les ofrecen a los heterosexuales, pero les garantizan el respeto y el no inmiscuirse dentro de su vida privada. Ni miradas indiscretas ni preguntas más allá de lo profesional. Discreción, aceptación y profesionalidad.

Además, los que se dedican al sector dicen que el colectivo de gays, transexuales y lesbianas suele ser, en su mayoría, gente de un alto poder adquisitivo y que son un sector turístico más por explotar. «Son parejas que no suelen tener hijos y en las que los dos trabajan, así que es un mercado interesante para nosotros», explica María Cordero, directora de marketing de la cadena Aire, cuyos hoteles están todos unidos a esta red.

En Asturias ya hay numerosos establecimientos «gay-friendly» y los resultados ya empiezan a verse en las cuentas y también es las actitudes. «Es nuestro grano de arena para favorecer la integración de todos los colectivos», explica la madrileña María Jesús Gálvez, propietaria del hotel rural L'Albancia, que añade que a ella la llamaron de la central de reservas www.reservasgays.com y «fueron todo ventajas». Explica Gálvez que «aunque nos parezca mentira todavía hay establecimientos donde existen prejuicios y aunque no les dicen que no les aceptan, cuando hacen reservas a personas homosexuales les miran mal. Ellos no se sienten a gusto».

La misma opinión la comparte Ernesto Carrera, que regenta una casa de aldea en Parres. Carrera sólo lleva tres meses trabajando en el sector y aún no ha recibido la visita de ningún miembro de colectivos de homosexuales o lesbianas, pero confía en que formar parte de la red «gay-friendly» tenga resultados positivos. «Nosotros les vamos a tratar como a uno más. Las barreras sociales siguen existiendo y hay que hacer todo lo posible para derribarlas, por eso nosotros apostamos por esta iniciativa», remata.

Uno de los hoteles que más tiempo llevan en la región vendiéndose como «gay-friendly» es el hotel Ramiro I, de Oviedo. «La red de reservas funciona bastante bien; no tenemos datos porque nosotros no les preguntamos a las parejas que vienen sobre su condición sexual, pero sabemos que tenemos más clientes homosexuales porque nos dicen que nos han buscado en internet bajo el sello de "gay-friendly"», concretan desde la dirección del hotel ovetense.

Juan Manuel Turiel, miembro de XEGA (Xente Gay Astur), asegura que esta iniciativa es «bienvenida», pero matiza que «queda mucho por hacer». Turiel afirma que aunque es verdad que «cada vez son menos los que ponen reticencias a dar habitación a nuestro colectivo, todavía quedan establecimientos en donde nos dan las típicas disculpas». Les han dicho casi de todo. «No, miren, no tengo habitación para ustedes porque habían pedido una de matrimonio y resulta que son dos chicos», recuerda Turiel, que apostilla que la red «gay-friendly» no deja de ser una muestra de que «la sociedad está avanzando cada vez más».

Todos los establecimientos que quieran adherirse a esta iniciativa pueden hacerlo. De hecho, fue en la Comarca de la Sidra donde primero se puso en marcha una campaña para venderse como destino de vacaciones para el colectivo de LGTB, aunque finalmente no se concretó ninguna actuación.

Ninguna formación especial a los trabajadores, ninguna oferta dedicada a este colectivo, ni atenciones especiales, ni preguntas, ni miradas. Los «gay-friendly» garantizan la tolerancia. «Por eso si alguien quiere evitarse problemas o duda de las posibles miradas indiscretas no tiene más que buscarnos en la red», remata María Cordero, de la cadena Aire, que ya tiene en mente otro proyecto, y esta vez van a ir más allá. «Vamos a levantar un hotel en Chueca, en Madrid, y será todo un referente para los "gay-friendly". Ahora nos queda poner de moda a Asturias para este colectivo, porque con nuestro buen trato seguro que repetirán». Asturias es «gay-friendly».