Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

La Junta de Castilla y León modificará la ley de declaración del parque natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina para permitir la construcción de una gran estación de esquí en el puerto de San Glorio, a las puertas de los Picos de Europa. De esta forma, el Gobierno que preside el popular Juan Vicente Herrera espera sacar adelante una iniciativa que ha sido paralizada en los juzgados hasta en tres ocasiones. Las sentencias en contra tuvieron en cuenta tanto el impacto negativo de los deportes de nieve en los valores naturales del parque como la escasa viabilidad de las estaciones de esquí en España a la vista de las consecuencias del cambio climático, un fenómeno que, según los expertos, hará inviables las instalaciones de este tipo situadas por debajo de los dos mil metros de altitud.

El proyecto que maneja Castilla y León para San Glorio consiste en un gran complejo de esquí, dotado con 55 kilómetros de pistas, y un gran desarrollo complementario en torno a la localidad leonesa de Riaño, a la que el Ejecutivo del popular Juan Vicente Herrera quiere convertir en cabecera turística de los Picos de Europa, por delante de Cangas de Onís y de Potes (Cantabria). Está anunciada una inversión inicial de 55 millones de euros y el proyecto incluye un parador nacional.

Los cambios legales para superar las trabas judiciales a la construcción de la que sería la sexta estación de la Cordillera serán aprobados por las Cortes de Castilla y León, el equivalente a la Junta General del Principado, el mes que viene. En principio, la iniciativa cuenta con el apoyo del PP, en el Gobierno, y de los leonesistas del Grupo Mixto, si bien la intención de estas dos formaciones es contar también con el respaldo del PSOE. Castilla y León ya trató de franquear el paso a la estación de esquí mediante una modificación del plan de ordenación del parque de Fuentes Carrionas. Sin embargo, aquella iniciativa fue declarada nula por los tribunales, al entender que el Ejecutivo de la comunidad vecina no justificó las razones por las que, cinco años después de aprobar un plan en el que se prohibía el esquí, impulsaba una modificación en la que sí permitía la práctica de deportes invernales en el espacio protegido.