Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

Especialistas de prestigio adscritos a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, vinculada al Ministerio de Fomento, sostienen que el uso de la variante de Pajares por los trenes de mercancías no sólo es compatible con el tránsito de pasajeros, sino que también conllevará importantes mejoras para el tráfico de carga. A su juicio, el paso de los mercancías por los grandes túneles bajo la Cordillera, como prevé el Ministerio, reducirá los tiempos de viaje, rebajará en un 31 por ciento los costes actuales de explotación, incrementará el número de servicios y disminuirá el consumo de energía y las emisiones de gases contaminantes.

Esta teoría, argumentada en un estudio que acaba de ser publicado, choca frontalmente con la defendida por la demarcación asturiana del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) o por diversos expertos en ferrocarriles consultados previamente por LA NUEVA ESPAÑA. Todos ellos son firmes defensores de que el nuevo trazado interprovincial de Alta Velocidad, cuya apertura está prevista para 2012, sea exclusivamente para viajeros y que el actual paso por el puerto quede para los convoyes de carga.

El estudio publicado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles lleva la firma de Alberto García y Vicente Rallo, dos de los grandes expertos españoles en la materia ferroviaria. El primero ha sido jefe de zona, director de explotación de Alta Velocidad de Renfe y asesor del presidente del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), entre otros muchos cargos. Vicente Rallo ocupó direcciones de zona de Renfe, fue responsable de seguridad en la circulación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), director de explotación de Alta Velocidad y, en la actualidad, está al frente de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios del Ministerio de Fomento.

Tras analizar diversas variables, los expertos concluyen que el uso mixto de la Variante solventa el problema de «estrangulamiento» que supone el actual trazado del puerto para el tránsito de mercancías entre Asturias y el resto de España. A su juicio, esta solución permite que el efecto beneficioso de la Variante se extienda a los viajeros y al conjunto de la economía asturiana, dejando de lado un trazado por el puerto que consideran obsoleto, pero que, según sostienen, debería quedar abierto como circuito de pruebas para locomotoras, línea turística y trazado alternativo para el transporte de mercancías peligrosas, cuyo tránsito por los grandes túneles queda en entredicho.

Alberto García y Vicente Rallo sostienen en su estudio que el uso de la Variante por los trenes de mercancías conllevará una reducción del 31 por ciento en los costes de explotación del tráfico ferroviario entre Asturias y la Meseta. De acuerdo con sus cálculos, un tren de mercancías entre Pola de Lena y la localidad leonesa de La Robla por la ruta del puerto supone un coste de 10,94 euros por kilómetro, lo que da un total por convoy de 909 euros para un trayecto de 83,1 kilómetros. Pues bien, el coste por kilómetro en la Variante se incrementaría hasta los 12,48 euros, pero, sin embargo, el gasto total del itinerario sería menor y quedaría en 620 euros, porque la distancia a cubrir, de 46,2 kilómetros, es muy inferior.

Los expertos consideran que esta reducción en los costes de explotación cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que el uso de la Variante incrementa notablemente la capacidad de transporte de mercancías, sin interferir para nada en los trenes de viajeros. El informe señala que en el supuesto de que se flete un tren de pasajeros a la hora podrían intercalarse entre cada servicio cuatro convoyes mercantes. Es más, con un extraordinario uso de los túneles, de 22 trenes en cada sentido por jornada, la capacidad del servicio de mercancías por la Variante sería de 58 trenes diarios en cada dirección, cuando el tránsito actual medio es de veinte servicios en cada sentido. Es decir, según este informe, el uso de la Variante permitiría, cuando menos, triplicar la capacidad de transporte.

Por otro lado, los expertos de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles también hacen incidencia en los efectos beneficiosos derivados de la «espectacular» reducción de tiempos que supondrá el uso de la Variante. Según apuntan, en la actualidad un tren con carga máxima alcanza velocidades de 61 a 75 kilómetros por hora entre Lena y La Robla, mientras que por los túneles se pondrán entre 70 y 84 kilómetros a la hora. En consecuencia, frente a las casi dos horas que emplean hoy los convoyes de mercancías en este trazado, los que pasen por los túneles de la Variante lo harán entre 42 y 49 minutos.

Desde el punto de vista medioambiental, los expertos señalan que el paso de los mercancías por los túneles conllevará una reducción del 30,3 por ciento del consumo de energía y una rebaja de emisiones contaminantes equivalente a las de 2.906 camiones.