Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

La nube del volcán islandés aún va a dar mucha guerra. Los geólogos advierten de que Asturias, al igual que el resto de Europa, tendrá que acostumbrarse a convivir con el volcán Eyjafjalla y con las graves incidencias que sus cenizas están ocasionando en el espacio aéreo continental, con miles de cancelaciones y retrasos de vuelos. Nada hace suponer que la erupción del volcán vaya a cesar de forma inmediata. Al contrario, a juicio de los expertos, lo más normal es que su actividad se extienda todavía durante varios meses, afectando de lleno a la temporada veraniega. Los precedentes no son halagüeños: la última vez que el Eyjafjalla entró en erupción fue en 1821 y se mantuvo activo durante dos años.

Las cenizas procedentes de Islandia, que se han situado sobre el centro peninsular, provocaron ayer la cancelación de tres vuelos de la ruta Asturias-Madrid, así como abundantes retrasos, que superaron las tres horas en enlaces con Barcelona y Londres. Además, una nueva avería en un avión de Air France motivo la anulación de dos vuelos entre Santiago del Monte y París. Aunque todas las terminales de la red estatal permanecieron abiertas, el gestor Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) aplicó regulaciones en el tráfico a causa de la nube volcánica, desde las cuatro de la tarde, con una reducción del 25 por ciento de la capacidad en los sectores de Sevilla, Madrid y Barcelona. Como consecuencia, se produjeron numerosos retrasos y más de 300 cancelaciones de vuelos nacionales e internacionales.

La situación amenaza con empeorar a partir de hoy, con la llegada de nuevos focos de cenizas a la Península. El Ministerio de Fomento constituyó ayer una comisión de coordinación con todo el sector para asegurar la continuidad de los servicios aéreos. Una de sus primeras decisiones ha sido reclamar al Ministerio de Defensa que suspenda todas las maniobras previstas, para despejar el acceso al espacio aéreo de uso militar restringido. De esta manera, el Ejército del Aire facilitará el uso «sin restricciones» de sus aerovías, con el objetivo de mejorar las condiciones de salida de los vuelos de larga distancia por la zona de Salamanca y en dirección al Levante.

En una nueva jornada de graves dificultades aeronáuticas, el vicepresidente del Colegio de Geólogos de España, José Luis Barrena, instó a las autoridades a que preparen un plan alternativo al transporte aéreo para garantizar el tránsito de personas y pasajeros por carretera, barco y ferrocarril durante los próximos meses. Y es que, a su juicio, el Eyjafjalla va a seguir haciendo de las suyas y las nubes volcánicas aún sobrevolarán los cielos europeos durante bastante tiempo. ¿Cómo afectará esta situación a Asturias? Javier Álvarez Pulgar, doctor en Geología y catedrático de Geodinámica Interna de la Universidad de Oviedo, sostiene que la incidencia de las cenizas depende de la evolución de las corrientes de aire, que podrán acercar o alejar la nube del espacio aéreo del Principado. Los precedentes inmediatos no invitan al optimismo. Al menos hasta el momento, la región está entre las zonas más afectadas por un fenómeno que ocasionó más de sesenta anulaciones de vuelos en Santiago del Monte durante los tres últimos días, con alrededor de 6.000 pasajeros afectados.

Aun siendo ya preocupante, el escenario actual es susceptible de empeorar. Asegura Álvarez Pulgar que en las cercanías del Eyjafjalla hay otro volcán que se ha reactivado y cuya erupción, no descartable, provocaría un nivel de cenizas mucho mayor. Este hipotético segundo foco complicaría hasta extremos desconocidos el tráfico aéreo en un continente que, según indica el geólogo de la Universidad de Oviedo, está demostrando que «no está en absoluto preparado para hacer frente a un fenómeno natural de estas características, bastante normal en otras zonas del planeta en las que, lógicamente, no hay el tráfico aéreo de Europa».

Luis Manuel Rodríguez, delegado en Asturias del colectivo Geólogos del Mundo, tampoco ve nada extraño en que la erupción del Eyjafjalla se prolongue durante varios meses. A este respecto, recuerdo que, por ejemplo, el volcán Pinatubo, en Filipinas, estuvo seis meses lanzando cenizas.