Oviedo, L. Á. V.

«El matrimonio se ha convertido en una realidad muy frágil», señala el sociólogo Servando Cano, pero la crisis parece que ha llegado para introducir un poco de tranquilidad en este frente. Y es que «la incertidumbre lleva a la pareja a hacer ajustes en la economía del amor», añade Cano. La precariedad motiva que la pareja se instale en «una lógica estratégica, un poco en contradicción con el amor cortés», añade Cano, de forma que pesan más cuestiones como el pago de la hipoteca o la supervivencia económica.

Los actores juegan en el espacio de la familia con una racionalidad acorde con la escasez de recursos. «La pareja se hace más reflexiva, hay que calcular para hacer frente a los imperativos propios de los tiempos de crisis, de la incertidumbre y la precariedad», opina el sociólogo. Pero no sólo la pareja ha cambiado de mentalidad. «La gente ha pasado del consumo al ahorro», añadió.