Oviedo / Gijón,

J. A. ARDURA / J. L. SALINAS

El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, advirtió ayer de que el alcance del ajuste sobrepasará las primeras medidas anunciadas el miércoles por José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados. Areces, con tendencia al optimismo, reconoció ayer que el plan decidido por el Gobierno central «exige un sacrificio generalizado» y dejó entrever que los ajustes no han hecho más que empezar, al tiempo que abogó por mantener la paz social. El resto de gobiernos autonómicos también salió ayer a la palestra con mensajes que diferían en función de su color político. Los socialistas se mostraron comprensivos y los populares más que críticos.

Areces, de entrada, rompió una lanza en favor de Zapatero. «Es innegable que España (...) ha actuado con rigor y al mismo tiempo tomando medidas duras, de impacto». Según el presidente del Principado, hay que ligar ese ajuste «a la salida de la situación» de crisis actual, aunque admitió que las medidas «exigen un sacrificio generalizado» por su impacto «en millones de personas». Y anunció que el plan de ajuste no acaba con las iniciativas adelantadas por el presidente del Gobierno, con un mensaje en el que dejó entrever una posible subida de impuestos. «Seguramente esas medidas no acaban en éstas y habrá que extenderlas a otros ámbitos, como el fiscal y otros (...). Es evidente que los que más tienen algo tendrán que aportar para la solución de esta crisis».

Areces trató de quitar hierro al «tijeretazo» en los salarios de los 60.000 empleados públicos de la región. «Es una medida dura, aunque es cierto que a lo largo de los últimos años ha sido el colectivo que más ha visto crecer sus retribuciones en épocas de bonanza», afirmó Areces, quien aprovechó para mandar un aviso a sus socios de IU: «Una sociedad no puede tener todos sus recursos empleados sólo en sistemas de apoyo social, sino que se tiene que crear una economía productiva». Unas palabras que encontraron respuesta rápida en Jesús Iglesias, coordinador de IU de Asturias: «Continuaremos en el Gobierno mientras haya garantías de que se mantendrán las políticas sociales».

Areces hizo votos para mantener la paz social, tanto en Asturias como en el conjunto de España, pese a las movilizaciones que ya se han anunciado. «Debemos aislar el marco de la concertación donde, con independencia de la crítica, tiene que prevalecer el sentido constructivo (...). Ese capital no lo podemos perder ni en el Gobierno de España ni en el de Asturias».

El resto de autonomías también se pronunciaron ayer.

l Madrid: Esperanza Aguirre (PP) acusó a Zapatero de «presentar una moción de censura contra su propio Gobierno, contra dos años y medio en los que ha tomado medidas en mala dirección y hundiendo a España». Recordó que hace dos años ya recortó los sueldos de sus trabajadores y calificó de «nueva engañifa» la decisión de Zapatero porque meses atrás había dicho que «no se tocarían». Madrid reclamó una reforma laboral «como la mejor manera» de reducir el déficit.

l Cataluña: La Generalitat confía que el recorte salarial a los funcionarios no supere el 5 por ciento, una medida que también afectará a los trabajadores de las empresas públicas participadas mayoritariamente por la comunidad autónoma. El Gobierno catalán animó al Ejecutivo central a impulsar reformas estructurales. «No nos pueden hacer pagar los platos rotos a Cataluña porque sería perverso. El Estado tiene más déficit y debe adelgazarse primero», dijo el consejero de Gobernación, Jordi Ausás.

l País Vasco: El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, consideró «necesarias pero insuficientes» las medidas anunciadas por Zapatero y criticó que su gestión ha estado marcada por «la improvisación». También reivindican la negociación en el marco del concierto porque «no respetar la autonomía vasca sería un atentado». Por otra parte, el socialista Odón Elorza, alcalde de San Sebastián, reclamó al Ejecutivo que se replantee la política fiscal para subir los impuestos a «las grandes fortunas». El popular Basagoiti, socio de gobierno, afirmó que Euskadi «debe apretarse el cinturón» y pidió al lendakari, Patxi López, que no imite a Zapatero «para que la crisis no la paguen los que menos se lo merecen».

l Andalucía: El presidente andaluz, José Antonio Griñán (PSOE), anunció que aplicará medidas «responsables, razonables e imprescindibles», pero sin reducir el gasto social ni las inversiones previstas. Griñán se enzarzó en un Pleno parlamentario en una discusión con el popular Javier Arenas a cuenta de sus sueldos.

l Cantabria: El Gobierno de la comunidad vecina, sostenido por el PSOE y los regionalistas, aprobó ayer un plan de reequilibrio financiero, que supondrá un recorte de 60 millones en 2010. Además, dio el visto bueno al descenso de sueldos del 15% para todos los altos cargos de la Administración regional y del sector público, así como un conjunto de medidas para ahorrar otros 10 millones en personal.

l Aragón: La consejera de Salud aragonesa, la socialista Luisa María Noeno (PSOE), afirmó que el recorte del gasto farmacéutico «aportará más suficiencia de medios para dedicar a la sanidad, la investigación y la docencia».

l La Rioja: El presidente riojano, Pedro Sanz (PP), calificó el plan de Zapatero como «el mayor recorte de derechos sociales en la historia de este país».

l Castilla y León: Juan Vicente Herrera (PP), presidente de la comunidad, anunció una bajada salarial para todo su ejecutivo similar a la anunciada por Zapatero, al tiempo que definió de «improvisadas» las medidas del Gobierno central.

l Castilla-La Mancha: El ejecutivo del socialista José María Barreda tiene previsto realizar un esfuerzo superior al del Gobierno central en reducción de salarios.