Ribadesella / Oviedo

B. MORÁN / R. L. MURIAS

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), Jorge Marquínez, continuará en su puesto a pesar de que le ha afectado el recorte de altos cargos llevado a cabo por el Gobierno central dentro del plan de austeridad para ahorrar 16 millones en la Administración y empresas públicas con participación del Estado.

Jorge Marquínez seguirá desempeñando el cargo de presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico pese a que el Ministerio suprimió su puesto, que en la catalogación ministerial tenía rango de director general. Ahora, en ese escalafón, Marquínez será considerado subdirector general y, por tanto, verá reducido su sueldo. Sin embargo, sus funciones seguirán siendo las mismas y continuará también como presidente de la sociedad estatal Acuanorte.

En una reciente visita al concejo de Ribadesella, antes de que se conociera el nuevo ajuste anunciado por Zapatero, Marquínez expresó su deseo de que los ajustes «sean de la Administración hacia dentro, es decir, en los cargos como el mío, pero espero que no repercuta en los ciudadanos», concretó el presidente de la CHC en referencia a que salgan adelante todos aquellos proyectos previstos. «Soy optimista y espero que las obras proyectadas sigan el curso», concluyó.

El recorte de altos cargos que ha impulsado el Consejo de Ministros ha sido más simbólico que económico, así lo reconoció la propia ministra de Economía, Elena Salgado. Las cifras apuntan a que con la poda de altos cargos llevada a cabo a nivel nacional el erario público ahorrará unos 16 millones de euros, pero sólo con el recorte que se ha impuesto en la oferta de empleo público el Gobierno ahorra 280 millones.

La vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, reconoció a pocos días de conocerse este recorte de altos cargos que, en realidad, la fórmula está encaminada a que la Administración sea más eficaz. De las 106 empresas públicas que hay en España se han eliminado 14 y se han fusionado 24. De hecho, una de las propuestas del Gobierno es que Acunor, de la que Marquínez también es presidente, se fusione con Acuaduero, una unión que podría saldarse también con alguna degradación de altos cargos o incluso con recortes de plantilla.