El totalitarismo siempre vuelve, pero cambia de forma. Ahora, a toda prisa, un nuevo totalitarismo universal se está imponiendo, con un programa de poder muy claro, dictando reglas y sometiendo a ellas todas las voluntades, gobiernos, intereses, políticas y formas de organización social. Hablo, claro, del poder del dinero global, que de una u otra forma ha existido siempre, pero ahora se ha convertido en un dictador totalitario, en un poder absoluto sin control ni cara, que ordena a través de ordenador. Los edecanes de ese poder (analistas financieros, agencias de calificación, autoridades monetarias) creen que lo tienen ellos, pero el suyo es un poder vicario. O se monta cuanto antes una gran alianza frente al tirano global o seremos siervos para siempre. Podría encabezarla el Vaticano, si estuviera a la altura. Incluso, por decoro literario, podría llamar anticristo al tirano universal.