Oviedo, L. Á. V.

Una deuda que había que saldar desde hace mucho tiempo. La Guardia Civil asturiana homenajeó a los jubilados del cuerpo, que, en número de 240, acudieron al cuartel del Rubín en Oviedo para asistir a varias demostraciones, para luego celebrar una comida de hermandad. Era la primera vez que se celebraba un acto de este tipo en la región y contó con la presencia de los principales mandos de la Benemérita, encabezados por el jefe de la zona de Asturias, el coronel José María Feliz Cadenas, por el teniente coronel Juan Bautista Martínez-Raposo, jefe de la Comandancia de Gijón, y el comandante Agustín Sánchez Orejas, jefe accidental de la de Oviedo.

También estuvieron presentes el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, y el presidente de la Hermandad de Amigos del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil (Habecu), el general retirado Enrique Nieva Muñoz, que tiene a gala el haber puesto en marcha el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y que en los años noventa fue subdirector general de Operaciones, uno de los puestos clave del cuerpo. Tampoco se perdieron la celebración los miembros de la Asociación Cultural y Recreativa de Veteranos de la Guardia Civil «La Pilarica», con su presidente, Julián Ruiz-Cantabrana.

Los actos, que tuvieron lugar anteayer martes, consistieron en una demostración de las especialidades de la Guardia Civil, seguida de un emotivo homenaje a los caídos, cerrado con el himno del cuerpo. El agente más veterano fue un guardia retirado de 94 años, que sufrió una leve indisposición, aunque ya está recuperado. «Queríamos saldar una deuda con los jubilados del cuerpo», explicó el organizador del evento, el teniente coronel Teijeiro, delegado de Acción Social de la Guardia Civil.