Langreo, Elena PELÁEZ

El Coro de Voces Blancas del Conservatorio Valle del Nalón se alzó con el segundo premio en el XL Certamen coral de Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Este galardón se une al logrado por la agrupación musical en el concurso infantil de Torrevieja el pasado año, donde ocupó también la segunda posición. Óscar Allen Fraga, profesor de Contrabajo en los conservatorios del valle del Nalón y del Noroccidente y en la Escuela de Música municipal de Oviedo, es el director de esta agrupación y del coro del Colegio Oficial de Aparejadores «Bloque al Canto».

-Un certamen con solera.

-Fue una sorpresa. El año pasado competimos en Torrevieja en categoría infantil y este año pasamos a juvenil, compitiendo con coros cuyos integrantes tenían edades superiores, la gran mayoría de entre 20 y 22 años. Este certamen es el más importante a nivel amateur.

-¿Habrá mucho trabajo detrás?

-Y duro. Nos planteábamos ir solamente a coger experiencia. No teníamos aspiraciones porque tenemos un grado de madurez musical diferente al del resto de coros, de mayor edad.

-Lo que da muestra del nivel del Coro de Voces Blancas.

-Eso parece. No estamos poniendo un listón muy alto y eso que llevamos poco más de un año.

-¿Dedican muchas horas a ensayar?

-Bastantes. La filosofía de los concursos a veces no es muy sana, pero los coros se perfeccionan en estos certámenes y ese es mi objetivo, ir subiendo en calidad. En días previos a la competición llegamos a ensayar ocho horas en un día. Es lo que llamamos una jornada de concentración. Aunque normalmente son 3 o 4 horas semanales.

-Un esfuerzo para chicos tan jóvenes.

-Siempre que hay una motivación aparecen. Fallará el sistema, pero no ellos. Yo me emociono muchas veces viendo su trabajo.

-¿Qué les queda por hacer?

-Tenemos mucho que mejorar y si podemos, crear una referencia que identifique a Langreo a nivel coral igual que en Asturias tenemos al «León de Oro». Premios como éste ayudan mucho, dan seguridad en el trabajo. Tenemos previstos varios conciertos, entre ellos en Pola de Siero y Gijón, y participaremos en el certamen de Zumárraga.

-¿Qué le ha hecho elegir la dirección de agrupaciones corales?

-Empecé en la Escolanía de Covadonga y dirigí después varios coros de niños. La voz a nivel de expresión no tiene parangón y si a la voz le unes el texto y la música puedes expresar todo lo que llevas dentro. La música coral ha crecido en los últimos años, antes no había muchas formaciones.

-¿Necesitan más apoyos?

-La Federación Coral apoya, el «León de Oro» creó una escuela muy importante y hay coros con solera en Asturias. Nos sentimos bastante desamparados y no lo digo por los políticos porque realmente son el reflejo de la sociedad.

-¿Responde el público?

-En lo popular, pero cuando el repertorio es más culto, más profundo, la respuesta no es tan grande.

-¿Qué necesidades tienen las agrupaciones corales?

-Hay gente con buenas ideas a la que se debe ayudar. Hay que acercar la música. En Europa se valora más, estamos a años luz. Creo que es necesario profundizar en la formación en las escuelas, porque la música está bastante apartada, y disponer de subvenciones. No es buen momento pero se debe ayudar a lo que se crea con calidad.

-¿Cuál es el nivel de la educación musical a nivel regional y estatal?

-Soy partidario de potenciar las Humanidades. Es mi campo pero además en los países en los que funciona bien el sistema educativo tienen más horas de Humanidades.

-¿Se decantan muchos alumnos del conservatorio por el contrabajo?

-Es un instrumento minoritario. Tengo quince alumnos entre las sedes del valle del Nalón, del Noroccidente y de Oviedo.

«Hay que acercar la música a la sociedad, en Europa se valora más y nosotros estamos a años luz»