Oviedo / Gijón,

María José IGLESIAS

No es una ola de calor. Más bien se trata de una situación meteorológica típica de la primavera, advierten los expertos. Tras días de lluvias y frío, Asturias afronta el primer gran fin de semana «veraniego» del año. La respuesta no se ha hecho esperar. Las playas se han llenado de bañistas, las terrazas de ciudadanos ávidos de sol, y los hoteles de clientes que quieren disfrutar del Principado en versión soleada.

Los meteorólogos le quitan hierro a la situación meteorológica. David Arango, de la TPA, asegura que tanto el calor de estos días como el frío de los anteriores es un fenómeno típico de la primavera. «Se trata de una estación de transición. Es normal que haya lluvias y que apriete el sol», asegura.

Y en la misma línea de caprichos climáticos primaverales, el próximo martes, día en que Oviedo celebra la fiesta campestre de la Balesquida, refrescará el ambiente, aunque no con la intensidad de la pasada semana. «Precisamente, el martes es día de cambio, porque entran los vientos del Sur», señala David Arango.

De momento, durante el fin de semana, el sol está asegurado. Las previsiones indican que los termómetros subirán hasta los 27 o 28 grados a la sombra.

En el momento de estrenar la playa, los expertos aconsejan evitar los arenales expuestos al Noroeste. Hoy y mañana el viento también soplará. Las previsiones funcionan a tres días vista. A partir del cuarto ya es más complicado. El calor de estos días era tan evidente que los servicios de meteorología ya lo veían claramente hace semana y media. Técnicamente es un bloqueo anticiclónico «de libro». Las altas presiones sobre la Península quedan contenidas sobre el Atlántico y no avanzan. Arango también tiene claro que los actuales vaivenes del tiempo no son significativos para pronosticar el tiempo del verano. «En principio nada hace pensar que no tengamos un verano normal». Los hosteleros y hoteleros también miraban ayer al cielo con alegría. En núcleos de costa, como Gijón o Llanes, las reservas para el fin de semana se han disparado.

Tomás Lázaro, jefe de recepción del hotel NH de Gijón, matiza que los fines de semana de primavera y verano, aunque llueva, suelen colgar el cartel de completo. «Los turistas que vienen a Asturias buscan otras cosas aparte de sol». Las terrazas también lucían ayer una imagen plenamente estival, que se repetirá estos días.

No todo es alegría. La dirección general del parque nacional de Picos de Europa alerta del riesgo de aludes ante la acumulación de nieve que existe en los tres macizos. Y es que la nieve, con las altas temperaturas, presenta un cóctel peligroso. Es preferible no internarse por rutas de alta montaña incluso por las más frecuentadas, alertan los servicios de emergencias. El riesgo de aludes se extiende en toda la alta montaña de los Picos de Europa por encima de los 1.800 metros.