Fernando Rubiera Morollón (Oviedo, 1972), profesor de Estructura Económica en la Universidad de Oviedo, cree que las mejores oportunidades de desarrollo en los próximos años pasarán por las ciudades que hayan logrado una ordenación racional del espacio. Rubiera está convencido de que si Asturias apuesta por dar unidad a la zona metropolitana Oviedo-Gijón-Avilés podría competir con ciudades del peso de Bilbao o Valencia. Recientemente ha publicado en colaboración con Mario Polèse, catedrático de Economía Urbana en Montreal, el manual «Economía urbana y regional: Introducción a la geografía económica».

-¿El futuro sigue en la ciudad?

-En los últimos años, en los países más desarrollados se ha pasado de una economía industrial a una economía de servicios, como ha sucedido en Asturias. La economía de servicios tiene una dinámica diferente, ya que no necesita tanto transporte ni materia prima como la industrial. Lo esencial es el conocimiento. Y aquí es donde entran las ciudades.

-¿Cómo?

-La ciudad es el espacio común donde talentos muy diversos pueden interactuar para conseguir productos elaborados. Esto, en las zonas rurales, sería imposible. Muchas de las grandes ideas económicamente importantes se generan en ciudades como Nueva York o Londres.

-¿Y qué papel puede desempeñar este modelo en Asturias?

-Si se empieza a trabajar conjuntamente, se puede crear una metrópoli para estar en primera división.

-Es decir, hay que ir en busca de la ciudad-región.

-Siguiendo la teoría de las ciudades, Asturias podría estar en el grupo que va tras Madrid y Barcelona. Podría estar al nivel de Bilbao y Valencia si el área central se coordinara bien. Incluso a pesar de la compleja estructura de esta región y con un competidor en la zona tan duro como Bilbao, una buena organización permitiría estar en el grupo de ciudades que se encuentran tras Madrid y Barcelona, los principales polos de desarrollo del país, que no van a dejar de serlo.

-Pero poner de acuerdo a tres ciudades como Gijón, Oviedo y Avilés para tomar decisiones supramunicipales...

-En la zona central hay una realidad económico-social que funciona en conjunto y una realidad cultural y política que va por otro camino. Esto está frenando el desarrollo económico. Puede parecer ciencia ficción, pero la máxima de todo gestor urbano es planificar el espacio a largo plazo, a diez, veinte o treinta años. En cuatro años no se pueden cambiar ciudades como Oviedo o Gijón. Si se deja pasar esta oportunidad de sentar las bases de una buena organización, cuando el centro de Asturias funcione realmente como una gran ciudad, será tarde.

-El Gobierno tiene listo un plan de ordenación para Siero y Lugones, el centro geográfico asturiano.

-Es uno de los puntos calientes de la región donde las fronteras municipales no tienen nada que ver con los flujos económicos que se producen en ella, donde hay gente de Oviedo que va a trabajar allí, y viceversa, o donde hay centros comerciales pensados para abastecer a la capital, Por eso es necesaria una planificación.

-¿La planificación ayuda a crear ciudades sostenibles?

-Sí. Una ciudad ordenada es una solución al problema medioambiental. Hay que tener en cuenta que en una ciudad hay mucha población que consume grandes cantidades de todos los productos. Siempre que una ciudad esté pensada, todo funcionará de forma más eficiente (servicios, transportes...). Todos conocemos grandes ciudades como Londres que son cómodas, y otras, como Roma o Madrid, que son hasta más pequeñas, en las que ocurre todo lo contrario: son ciudades muy incómodas.

-Y en este contexto, ¿qué queda para la zona rural?

-El turismo y la agricultura se beneficiarán del crecimiento del centro. Todo lo demás, como lo de tratar de montar industrias en las alas, está condenado al fracaso, es ir contra corriente. Hay que asumir que el polo de crecimiento está en el área central.

-¿Hay posibilidades de pelear contra Bilbao como polo de atracción económica en el Norte?

-Lo veo posible. Asturias tiene unos nichos de mercado consolidados que funcionan. No es una batalla perdida, pero hay que estar alerta. El problema es que Bilbao tiene una mejor posición geográfica al estar más cerca de Europa y una economía más consolidada que la asturiana.

-Una de sus advertencias es que «efecto Guggenheim» sólo hay uno.

-Hay cierta obsesión por hacer grandes proyectos para atraer flujos económicos. Lo del Guggenheim se dio una vez. No se va a repetir más. En Asturias tenemos el Calatrava, el Niemeyer y la Universidad Laboral, cada uno en una ciudad, cuando lo que creo es que se debe hacer es apostar por un superproyecto, no por proyectos aquí y allá. Porque al final puede ocurrir que no funcione ninguno.

Perfil:

Fernando Rubiera Morollón.

Fernando Rubiera (Oviedo,1972) es economista yprofesor de la Universidad deOviedo. Amplió su formacióncomo profesor visitante en el Spatial Analysis and Regional Economy Laboratory de Montreal (Canadá). Se ha especializado en economía de las regiones y las ciudades, y en 2006 recibió el premio de Investigación del Consejo Económico y Social del Principado.

«La realidad cultural y política está frenando el desarrollo económico de la zona central asturiana»

«Una ciudad bien ordenada es una de las soluciones al problema medioambiental»