Oviedo, M. J. IGLESIAS

El nuevo caso de «vaca loca» detectado en Asturias en febrero, que el Gobierno del Principado no hizo público y que se conoció el domingo a través del Ministerio de Medio Rural, es un caso «anecdótico», según lo calificó ayer el consejero de Medio Rural, Aurelio Martín.

La res enferma de encefalopatía espongiforme bovina (EBB) es una vaca de raza frisona perteneciente a una explotación de Gozón. La vaca nació en 1999, cuando aún no se habían establecido los controles obligatorios sobre los piensos y las reses que van al matadero o mueren en las ganaderías, implantados en el año 2000. El caso es para el Consejero uno de los últimos coletazos del mal, que hasta ahora ha sido detectado en 68 reses de distintas explotaciones asturianas.

La enfermedad de esta última «vaca loca» se detectó en los análisis obligatorios realizados tras el sacrificio. El programa de vigilancia frente a las «vacas locas» en España prevé la toma de muestras de animales destinados a consumo de más de 48 meses de edad.

La muestra fue enviada al Laboratorio de Sanidad Animal de Jove, que confirmó el positivo. Posteriormente se mandó al Laboratorio Nacional de Veterinaria de Algete (Madrid), donde el 19 de febrero se ratificó el resultado. Ese día el Laboratorio Nacional de Referencia para las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EET) confirmó a Medio Rural el positivo.

La respuesta del laboratorio central implicó el decomiso y la destrucción de la canal y los órganos de la res.

Las medidas de control incluyeron la inmovilización y estudio epidemiológico para realizar el sacrificio selectivo, que afectó a una ternera hija de la vaca enferma.

El ganadero, propietario de otras 40 vacas, recibirá 1.034 euros de indemnización por las dos reses sacrificadas. El Principado insistió ayer en transmitir tranquilidad a los consumidores, ya que los análisis que se realizan garantizan que la carne de animales infectados no llega a la cadena alimentaria.

La enfermedad de las vacas locas se transmite a los animales a partir de piensos elaborados con harinas de carne y hueso, que actualmente están prohibidas en España y en el resto de Europa.

La ingesta de carne contaminada transmite la enfermedad a los humanos. Tras la confirmación del primer caso de EEB en España, se instauró desde el año 2000 un sistema de control sobre los piensos. Ese es el motivo de que los casos que se siguen detectando correspondan a animales nacidos antes de la puesta en marcha del programa. En Asturias, en el primer trimestre de 2010 se realizaron análisis a 5.466 animales destinados a sacrificio para consumo y a 2.023 animales muertos en explotaciones.