Los cambios que sería apoyados por la FACC, según Pereiro, van «desde la ampliación del plazo para poder pedir créditos, a baremos que contemplen la situación de deuda de cada Ayuntamiento a la hora de acceder a operaciones de crédito o de aspectos relacionados con el destino del ahorro de la reducción de costes de personal».

Mientras, desde todos los frentes llegaron reacciones a la medida y a su rectificación. «Un Gobierno debe actuar con lógica y razón, y no tener en vilo a toda la ciudadanía», aseguró Mariano Rajoy, presidente nacional del PP. Ya desde Asturias uno de los alcaldes más duros fue Gabino de Lorenzo (PP). El regidor ovetense aseguró que el decreto «es obra de un demente, de alguien que por la mañana hace un discurso y por la tarde dice lo contrario, y se queda tan pancho». Y destacó que cuando José Luis Rodríguez Zapatero llegó a la Presidencia «le oí decir que iba a resolver el problema de la financiación local. Y parece que ayer (por el lunes) por la tarde lo había conseguido echando a todos los ayuntamientos a la quiebra, una forma de resolver la financiación local».

De Lorenzo considera que, a falta de un análisis más profundo, el decreto es un atentado contra la autonomía de los ayuntamientos y la obligación de que dispongan de medios materiales para desarrollar sus competencias. «Parece que Zapatero se ha cargado ese artículo de la Constitución, así, por sorpresa, porque eso no estaba en los recortes anunciados por el Gobierno. Y más sorpresas llevaremos», zanjó.

Desde el Ayuntamiento de Gijón se habla de error técnico, que no de rectificación política, según su concejal de Hacienda, Santiago Martínez Argüelles (PSOE). Hecho este matiz, y adelantado que el Ayuntamiento de Gijón seguirá con su hoja de ruta presupuestaria sin problemas, el edil quiso dejar claro que no todos los ayuntamientos de España pueden ser tratados de igual manera ya que no todos han contribuido de igual manera a generar la deuda que ahora se intenta frenar. «Este Ayuntamiento ha realizado una gestión tremendamente responsable», indicó el edil, para confrontarla después con la actuación de otros ayuntamientos asturianos y, sobre todo, de Madrid y municipios levantinos. «No todos hemos contribuido igual a la deuda del Estado y unos tendrá que arrimar un poco más el hombro que otros para solventarlo», indicó.

Mientras, la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela (PSOE), reconoció que el cambio de criterio se produjo por las quejas de los municipios. «Muchos ayuntamientos ya tienen aprobado el presupuesto y están en fase de negociación de determinados créditos para hacer frente a las inversiones. El Gobierno no puede dejar colgadas las expectativas y los compromisos de los municipios», afirmó. La regidora avilesina reconoció, no obstante, que su concejo está en una situación diferente y no le iba a afectar esa medida si se hubiera implantado este año ya que el crédito previsto para 2010 ya está «resuelto y adjudicado a una entidad bancaria». En cuanto a otras posibles medidas adicionales, la alcaldesa de Avilés se mostró dispuesta a recortar los ingresos de los concejales, a los que, aseguró, hay que pedir «el mismo esfuerzo que a los trabajadores del Ayuntamiento», a los que se les va aplicar la correspondiente rebaja de sus emolumentos en la nómina del mes de junio.

El alcalde de Siero, José Antonio Noval (PP), valoró favorablemente la modificación. Sin embargo, Noval achacó el baile de fechas a la «falta de coherencia de Zapatero». El regidor sierense añadió: «Es imposible que los mercados confíen en nuestra economía cuando el Gobierno no hace más que dar bandazos y lleva al país completamente a la deriva».

Mientras, para el líder del PP asturiano, Ovidio Sánchez, lo que está ocurriendo demuestra «la improvisación permanente y la falta de credibilidad y responsabilidad de Zapatero. Primero ahoga y luego no deja respirar a los ayuntamientos. Está desbordado». Jesús Iglesias, coordinador general de IU, lamentó la «muy poco seria actitud de Zapatero. Da una muestra más de improvisación de cómo está afrontando la realidad de la crisis». Iglesias criticó la falta de un nuevo modelo de financiación local.