Oviedo, J. A. ARDURA

Un simple clic de ratón permitirá conocer, a través de internet, toda la información de las 345 fosas comunes de la Guerra Civil repartidas en 55 concejos de Asturias. La Consejería de Bienestar anunció ayer que en tres semanas el mapa interactivo de las fosas, que suman más de 3.000 muertos identificados, podrá consultarse a través del portal www.asturias.es para que las asociaciones, los colectivos y los particulares puedan realizar sus aportaciones. Y es que «el mapa de las fosas no se terminará nunca», se atrevió a plantear Carmen García, la profesora de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, que ha dirigido un trabajo que comenzó en 2003 para crear una base de datos sobre todas las muertes violentas de la contienda en Asturias.

El mapa interactivo de fosas es una parte de ese banco de datos, precisó Carmen García. De las 345 fosas localizadas, la gran mayoría, 324, corresponde a víctimas de la represión franquista, mientras que las 21 restantes son de combatientes. Dentro de los enterramientos correspondientes al período de la represión, sesenta son de enterramientos individuales. Esas cifras sitúan a Asturias con un porcentaje de fosas muy superior, por ejemplo, a Cataluña, donde, hasta la fecha, se han localizado unas doscientas, según aseguró Ángel González, viceconsejero de Bienestar Social. El estudio de la Universidad de Oviedo establece en más de 7.000 las víctimas de la represión franquista en la región.

Los concejos con más fosas son Lena, Aller y Piloña, aunque los enterramientos con mayor número de víctimas están en los cementerios de San Esteban de las Cruces (Oviedo), Ceares (Gijón) y, en menor medida, Avilés. El equipo de investigadores de la Universidad, formado por Irene Díaz, Gustavo Álvarez Rico, Pedro Alonso, Claudia Cabrero y Amaya Caunedo, ha realizado decenas de entrevistas y ha cruzado testimonios orales con registros municipales y archivos parroquiales para volcar toda la información en el mapa, que tenía como fin la localización de las fosas, pero no la identificación de los enterrados. «No hemos hecho exhumaciones ni pruebas de ADN», destaca la directora de la investigación. El siguiente paso, una vez que las asociaciones, los colectivos y los particulares presenten sus aportaciones, consistirá en la señalización de las fosas localizadas. El Principado prevé colocar monolitos y paneles con la mayor información que se pueda ofrecer de cada fosa. Y habrá que clarificar qué se hace en las fosas ubicadas en propiedades privadas. González avanzó que, en caso de no llegar a un acuerdo con los dueños de las fincas, se expropiará el terreno.