Las empresas adjudicatarias de los cuatro tramos pendientes de la Autovía del Cantábrico en Asturias han pedido a sus subcontratas que bajen el ritmo de trabajo porque el Ministerio de Fomento les ha transmitido que no hay dinero para continuar. Según ha podido saber este periódico por fuentes del entorno empresarial, se han restringido las certificaciones de obra, es decir, los pagos por la realización de parte de los trabajos. El anuncio, que supone una nueva ralentización de todas las obras en la Autovía del Cantábrico (A-8), se produce un día después de que el Ministerio de Fomento concretase parcialmente su plan de ajuste, que incluye en Asturias la anulación del contrato para la construcción de la segunda calzada del tramo de autovía entre Salas y La Espina. Esta obra está dentro del paquete de 32 contratos de obra pública rescindidos en todo el país. Ahora queda pendiente que Fomento concrete otros 199 proyectos de carreteras y ferrocarriles que sufrirán retrasos entre uno y cuatro años.

En cualquier caso, los recortes en la Autovía del Cantábrico tendrán efecto inmediato a partir de la próxima semana en algunos tramos, como es el caso del más occidental, Navia-Tapia, donde se ha pedido a las empresas que desde el lunes prescindan de toda la maquinaria alquilada, así como de los camiones subcontratados.

Este es el último capítulo de retrasos en las obras de la Autovía del Cantábrico, que comenzaron en Asturias hace ya 22 años, en concreto el 4 de agosto de 1988, con la construcción del tramo Marcenado-Argüelles, inaugurado en 1991 y que permitió la circunvalación de Pola de Siero. Este fue el primer tramo de la Autovía del Cantábrico en Asturias, aunque con el tiempo pasó a denominarse A-64, con la apertura del tramo Alto del Infanzón-Grases de la A-8.

Sobre los retrasos que puedan sufrir los proyectos del Ministerio de Fomento en Asturias el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, aseguró ayer que «de momento no hay ningún plazo de obra cerrado, ya que el Ministerio está negociando la reprogramación de los trabajos con las constructoras». Trevín explicó que en algunos casos «Fomento tratará de aplazar sólo el pago de la obra, que podría diferirse en el tiempo sin que eso signifique retrasar los trabajos». La suerte que seguirán las obras dependerá del resultado de las negociaciones entre el Ministerio y las empresas, «pero aún no podemos establecer fechas».

Trevín se mostró seguro ayer de que José Blanco mantendrá «como ha dicho en Asturias ya dos veces y como ahora acaba de repetir en el Congreso el tratamiento prioritario para la Autovía del Cantábrico». «El Ministro señaló que tenía un compromiso y ahora lo mantiene», apuntó Trevín para, a continuación, achacar a «problemas técnicos» el escaso ritmo al que avanzan las obras de la Autovía del Cantábrico en su tramo Unquera-Llanes. «La obra se ha demorado por un problema con los tajos en los que se obtienen los estériles para la base de la carretera, un problema que ya está en vías de solución», explicó. Sobre la anulación de la segunda calzada de la autovía entre Salas y La Espina, Trevín señaló que «no hay nada nuevo porque los trabajos ya estaban parados por problemas geológicos, un contratiempo de alcance que precisaba una fuerte inversión que, con la nueva normativa europea de control, seguramente debería obtener el visto bueno de Bruselas, ya que los sobrecostes de relieve deben ser examinados por la Administración europea».

La empresa Dragados inició las obras del tramo Navia-Tapia de Casariego en agosto de 2006. Meses después, la obra quedó parada. Los trabajos se retomaron casi dos años después. El plazo de ejecución del tramo, de casi 12 kilómetros, es uno de los más dilatados, 41 meses, por lo que se anunció su finalización para enero de este año. Aunque la licitación de la obra ascendía a 73,5 millones, la adjudicación quedó muy por debajo de esta cifra, en 52 millones.

El tramo entre Otur y Villapedre fue adjudicado en diciembre de 2008 a la unión temporal de empresas Ferrovial-Oca Construcciones y Proyectos, con un plazo de ejecución de casi dos años y un presupuesto de 53 millones. Las obras deberían estar concluidas en diciembre de este año, pero van muy retrasadas. En la actualidad trabajan en este tramo de la Autovía del Cantábrico tres operarios, dos palas y tres camiones, por lo que, a todas luces, no se cumplirá el plazo.

El tramo Muros de Nalón-Las Dueñas se adjudicó en octubre de 2006 a FCC, con un presupuesto de 110 millones de euros y un plazo de ejecución de 30 meses. Con cinco viaductos y dos pasos subterráneos es el más caro de todo el trazado. La obra incluye la construcción de un nuevo viaducto en la Concha de Artedo, de 1,2 kilómetros de longitud y 110 metros de altura. La última fecha dada por Fomento para su apertura es junio del año que viene, con un severo retraso.

El tramo Unquera-Llanes de la Autovía del Cantábrico se divide en dos subtramos: Unquera-Pendueles y Pendueles-Llanes. En el primer subtramo los trabajos están prácticamente paralizados, con sólo tres máquinas y diez operarios trabajando. En el segundo subtramo sólo se está trabajando en el enlace de La Arquera. Fomento tenía previsto finalizar este tramo en junio del año que viene, un plazo complicado de cumplir en vista del ritmo de ejecución de las obras.