Oviedo, Marcos PALICIO

Los asturianos se han pensado mejor el Estado de las autonomías. El barómetro autonómico del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela un brusco cambio de sentido en la percepción colectiva del modelo autonómico marcado por un significativo ascenso del número de ciudadanos que manifiestan su desencanto con el balance del proceso. La valoración es aún mayoritariamente «positiva» -ésta es la alternativa que escoge un 44,3 por ciento de los encuestados-, pero el porcentaje de personas que califican como «negativo» el resultado de la creación y el desarrollo de las comunidades autónomas -un 30,7 por ciento, casi uno de cada tres asturianos- se ha triplicado en los últimos ocho años. Comparando el estudio recién publicado con los elaborados en 2002 y 2005 por el mismo organismo, salta a la vista el incremento sostenido del disgusto y Asturias pasa a encabezar en muchos aspectos la decepción con el modelo actual. En ese período, el contagio del descontento ha multiplicado por cuatro la cifra de los que desearían un menor grado de autonomía para el Principado, que era del 7 por ciento en 2002 y ha crecido en 2010 hasta el 28.

La encuesta, realizada entre enero y febrero de este año sobre una muestra de 480 personas, revela asimismo que en Asturias el porcentaje de partidarios de recortar las atribuciones de las comunidades es el más alto de España (18,6 por ciento) y que sólo los madrileños superan la proporción de asturianos -casi un dieciséis por ciento- que ante la deriva que observan en la organización actual del Estado optarían por dar un vuelco completo a la situación, sustituyendo la actual por «un único Gobierno central sin autonomías».

Prácticamente la mitad de los asturianos consultados, muy por encima de la media nacional, considera que el modelo vigente «ha contribuido al desarrollo de los separatismos», y también es el Principado la comunidad española en la que los encuestados ven el país más cerca de la «máxima descentralización». En una escala donde el cero fuera el «máximo centralismo» y el diez el tope de descentralización, ganan en Asturias los que ponen a España entre el siete y el ocho, el lugar más alto de todas las comunidades, y los que se reconocen disconformes con esa situación, porque la situación ideal, dice la mayoría, debería estar entre un cuatro y un seis.

El giro de opinión resulta pues más evidente en el Principado que en el resto de España y, además, modifica sustancialmente la situación inmediatamente anterior, en la que las demandas autonomistas de un sector de asturianos sólo eran superadas en las nacionalidades históricas. Al llegar a la deducción de posibles responsabilidades políticas, a pesar de que la encuesta no divide los resultados por votantes, sí constata que Asturias es la región española en la que un porcentaje más alto de ciudadanos considera que el Partido Socialista está más escorado hacia la descentralización -un 6,43 sobre 10, más que el Estado-, mientras que se estima más moderada en este aspecto la posición del Partido Popular -un 4,56 en la misma escala.