Muros de Nalón / Oviedo, Ignacio PULIDO / L. Á. VEGA

Las obras de la Autovía del Cantábrico ya duran más que las de El Escorial, literalmente. El retiro serrano de Felipe II fue construido a lo largo de 21 años, algo más que comprensible a la vista de las dimensiones del conjunto. Ha quedado no obstante para la historia como el ejemplo de obra que se alarga a lo largo del tiempo de forma lenta y premiosa, siempre dificultada por obstáculos burocráticos.

Pues algo de ese ritmo se le ha pegado a la Autovía del Cantábrico, cuyo primer tramo, el de Marcenado-Argüelles, la circunvalación de Pola de Siero, se inició el 4 de agosto de 1988, y que no fue inaugurado hasta 1991. Son por tanto 22 los años que lleva la autovía en construcción, sometida a polémicas de todo tipo, primero por su trazado, luego por los plazos incumplidos y en estos últimos días por la paralización o ralentización de los trabajos, debido a los recortes de Fomento.

Lo cierto es que los gobiernos de Rodríguez Zapatero no tienen mucho que enseñar respecto a la autovía. En seis años, los socialistas han iniciado la tramitación de cinco tramos de la carretera: Muros del Nalón-Las Dueñas, Otur-Villapedre, Villapedre-Navia, Navia-Tapia y Tapia-Barres. En total, 38,6 kilómetros. Pero de ellos, sólo han logrado terminar 9,3 kilómetros, correspondientes a los tramos Villapedre-Navia (3 kilómetros) y Tapia-Barres (6,3 kilómetros). En este cálculo no se incluye el tramo Unquera-Llanes, dado que, aunque las obras se iniciaron durante la Administración socialista, su tramitación se inició mucho antes. El PP, al dejar el Gobierno en marzo de 2004, dejó un total de 102,5 kilómetros de autovía en obras o a punto de iniciarse. Eran los años de la bonanza económica.

Seis años después, el panorama es muy distinto: inactividad, maquinaria parada, ausencia de personal y hormigón armado mostrando su esqueleto metálico. Es el aspecto que presentan los últimos tramos en ejecución de la Autovía del Cantábrico a su paso por el Occidente. Treinta kilómetros de apatía cubierta por un manto de polvo depositado tras el parón en los tramos de Muros-Las Dueñas y Navia-Tapia.

Hace apenas seis meses, LA NUEVA ESPAÑA recorrió los tramos inconclusos de la autovía para comprobar el estado de las obras. El pasado viernes realizó de nuevo este recorrido y pudo comprobar cómo los avances han sido significativos en algunas zonas y cómo en otras apenas son apreciables.

Todo apunta a que, al menos en lo que queda de año, la autovía se quedará a tres decenas de kilómetros de su meta. La misma distancia que estaba pendiente de conclusión a principios de año. Lo que resta del verano y del otoño se prevé tranquilo. No en vano, según Fomento, los trabajos en el tramo Navia-Tapia no serán retomados, en principio, hasta enero, doce meses después de la fecha de inauguración prevista.

Igual suerte está corriendo Muros-Las Dueñas, donde el viernes apenas se trabajaba en la planta de hormigón instalada cerca de Somao. En concreto, una cuba seguía desempeñando sus labores a escasos metros de las bocas del túnel en la localidad praviana. La excavación de los dos pasos subterráneos ya ha tocado a su fin, sin embargo, las labores en el viaducto inmediatamente posterior a la salida de sendas galerías ni siquiera han avanzado durante el último medio año.

Cabe decir que éste es el tramo más caro de la Autovía del Cantábrico en el occidente regional. Sus cinco viaductos y sus dos pasos subterráneos han hecho que cada uno de sus ocho kilómetros de longitud cueste unos 16 millones de euros. Según Fomento, su inauguración estaba prevista para octubre de 2009. Ahora ni tan siquiera lo estará para octubre de 2010.

A pocos kilómetros, en las inmediaciones de San Juan de Piñera, las obras siguen su curso tímidamente en el túnel que da acceso al viaducto de Otero. La actividad es prácticamente nula en torno a este paso subterráneo. Una vez en El Manto, se puede observar cómo la primera calzada de la estructura del puente previsto en este núcleo cudillerense está prácticamente acabada, mientras que a la segunda aún le quedan varias decenas de metros por ejecutar.

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