Oviedo,

Carmen BARAGAÑO

La crisis no perdona al turismo asturiano, un sector que, según las valoraciones de distintas asociaciones empresariales asturianas consultadas por este periódico, no ha conseguido durante este mes de julio remontar sus cifras de negocio con respecto a las del año anterior, el primero en el que empezó a acusarse seriamente la crisis. Los empresarios, no obstante, confían en remontar durante el mes de agosto, el mes vacacional por excelencia y, para animar la demanda cuentan con un amplio abanico de ofertas y descuentos.

«Existe un parón en la industria turística desde hace dos años y el precio medio de la oferta ha bajado para compensar esto», indica Fernando Corral, vicepresidente de la Unión Hotelera. Los establecimientos turísticos han apostado por bajar los precios sin que ello afecte a la calidad. Pese a ello, constatan que las reservas descienden este año y las llamadas de última hora se repiten en las recepciones. «A estas alturas, en agosto ya estaba todo reservado», afirma Adriano Verdasco, presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur). «Con las temperaturas que estamos teniendo las playas tendrían que estar abarrotadas. Los fines de semana la cosa mejora, pero durante la semana la ocupación es muy baja», añade José Manuel Blanco Alonso, presidente de la Asociación de Alojamientos Turísticos.

Aunque el nivel de ocupación previsto no es el más halagüeño por el momento, los empresarios intentan animar a los clientes con descuentos y promociones. «Desde hace varios años realizamos promociones, como regalar los desayunos, para sorprender a los clientes y que vuelvan el año que viene», señala el presidente de Fastur.

Los campings salen un poco más beneficiados este mes de julio, aunque todo depende del lugar en el que se encuentren. «Respecto al año pasado hay más o menos una variación del 15%, tanto para bien como para mal», explica Ramón Álvarez, presidente de la Asociación de Campings. La ocupación extranjera en los campings se sitúa entre el 20% y el 40%, la mayoría franceses y portugueses, seguidos por ingleses y holandeses.

En cuanto a los turistas nacionales, el 65% de los visitantes que vienen a Asturias provienen de Madrid, Castilla y León, Galicia y País Vasco. Es la tendencia habitual de los últimos años y que se está repitiendo también este verano, a pesar de la crisis. En lo que va de tercer trimestre de este año, el 20% de los que visitaron Asturias eran madrileños que suelen viajar en pareja y se desplazan en su vehículo particular para poder moverse por todo el entorno.

Lo que sí ha variado es el número de pernoctaciones, que se ha reducido y este año se sitúa entre 4 y 5 noches, según explican los profesionales del sector turístico. Todos se ajustan el cinturón. «El cliente está mucho más informado, es más exigente y se muestra muy austero en el control del gasto», indica José Luis Vega, director general de Turismo del Principado.

Una tendencia que ya empezó a percibirse el verano anterior es que el turista busca invertir menos dinero fuera del hotel y evita gastos innecesarios. Salen menos a cenar, hacen menos excursiones, compran menos souvenirs... Vacaciones sí, pero sin que el bolsillo sufra demasiado. Lo que sí se ha registrado este año es un nuevo turista, que se desplaza desde el sur de la Península huyendo de las altas temperaturas. «En este mes de julio ha habido un 75% de ocupación en líneas generales, y hay mayor competencia entre hoteles» señala Fernando Corral, de la Unión Hotelera.

Asturias confía en «remontar» sus cifras en agosto y para ello los profesionales ya han lanzado sus nuevas campañas con ofertas para todos los bolsillos.