Oviedo,

María José IGLESIAS

La reconversión de la minería y la siderurgia asturianas, en los años ochenta del pasado siglo XX, no sólo se llevó empleos. También fue la semilla para una importante reducción del colectivo juvenil dentro de la pirámide poblacional de Asturias. Y fue una «reconversión poblacional» hecha a conciencia: la región tiene hoy 70.000 habitantes menos entre 15 y 29 años de los que había censados en 1991. En aquel año los jóvenes suponían el 22% de la población total. Hoy apenas llegan al 15%. La pérdida de poder adquisitivo y la falta de expectativas provocó una ralentización de los nacimientos.

Los datos del Instituto Asturiano de Estadística, presentados por su directora, Encarnación Rodríguez Cañas, y por el director del Instituto Asturiano de la Juventud, Guillermo Martínez, indican que la falta de relevo generacional será uno de los grandes problemas de Asturias en los próximos años.

En esta valoración coinciden los demógrafos Rafael Puyol y Rafael Menéndez, catedráticos de Geografía en la Universidad Complutense y en la de Salamanca, respectivamente. Ambos responsabilizan a la reconversión industrial de los ochenta de la sangría de jóvenes que sufre la región y que pone en peligro el mantenimiento de las pensiones.

A cambio, la evolución demográfica de la región propiciará que la nueva «generación 2015», que ahora accede a la Universidad, no tendrá problemas para encontrar trabajo y ganar un buen sueldo, según señala un estudio de la Universidad de Oviedo elaborado por el profesor de Estructura Económica Manuel Hernández Muñiz. Este informe indica que de aquí a 2018 la población asturiana entre 16 y 64 años, la que está en edad de trabajar, se reducirá un 6,9 por ciento. Lo contrario a lo que ocurrirá en el resto de España. Hernández sugiere que para solucionar la escasez de jóvenes hará falta el regreso de muchos emigrados.

Hoy nacen al año en Asturias 8.000 bebés y fallecen 12.000 personas. Puyol considera «esencial» superar ese desfase negativo de 4.000 personas al año. El mismo fenómeno solamente se produjo en los años setenta en Alemania y en algunas regiones francesas. Puyol, asegura que el descenso de la natalidad es el problema social más grave al que tendrá que enfrentarse España en los próximos años, para dar relevo a la población laboral. «Necesitaríamos lograr igualar nacimientos y defunciones, pero es muy difícil». Menéndez y Puyol no dudan que la pérdida de habitantes es fruto de una crisis económica, pero también social. «Porque en los ochenta alcanzó su edad fértil una generación que aumenta sus niveles de formación y sus oportunidades», comenta Puyol. Se generalizó la incorporación de la mujer al trabajo y, como consecuencia se, retrasó la edad media para concebir el primer hijo, que pasa de los 25 a los 30 años.

El estudio realizado por el Principado que se repartirá con motivo de la celebración del «Día internacional de la juventud», presenta el perfil de los 150.000 jóvenes que viven en Asturias. El documento refleja que la juventud asturiana es participativa. La pertenencia a asociaciones, aunque escasa en términos absolutos, supera a la del conjunto de España, especialmente en política, sindicalismo, cultura, ocio y medio ambiente.

Los jóvenes asturianos también se forman a conciencia. Más de la mitad (un 52 por ciento) son estudiantes universitarios. Las mujeres representan el 55 por ciento. Aunque el 95 por ciento de la población entre 15 y 29 años maneja internet con soltura, más de un 42 por ciento se declaran lectores de prensa escrita. El índice es el más alto de España, donde la media es del 27 por ciento. Lo mismo ocurre con la lectura de libros, donde la media es de 3,6, mientras que en el resto del país alcanza 2,7 volúmenes por persona en la franja de edad estudiada.

Encontrar empleo sigue siendo una de las cuestiones más espinosas. En Asturias, el 33 por ciento de la población ocupada es menor de 35 años, y la tasa de paro de los jóvenes asturianos (menores de 25) es del 35,4%, frente a la media española de 37,9%. También son inferiores a las medias españolas la tasa de actividad (44,8% frente al 49,5) y la tasa de empleo (de un 29 frente al 30,8%).

Guillermo Martínez matizó que los jóvenes asturianos han ido retardando su incorporación al mercado laboral en los últimos años, lo que se ha reflejado en los datos de desempleo. Casi la mitad de los asturianos entre 25 y 29 años tiene un trabajo que no guarda relación con los estudios que ha realizado, frente a un 35 por ciento que sí se dedica a lo que han estudiado. El 96 por ciento da una importancia extraordinaria a la familia y a los amigos.

Se declaran satisfechos con su vida social y suelen tener pareja estable antes que el resto de los españoles. En cambio, se lo piensan más para comenzar a vivir en pareja y son precavidos. Un 89% utiliza métodos anticonceptivos en las relaciones sexuales. También son deportistas. Un 62% hace algún tipo de actividad física y, además, usan el móvil menos que el resto de los españoles.