Los primeros aplausos en la campa de Rodiezmo se escucharon cuando el secretario general de FIA-UGT en Castilla y León, Manuel López, hizo un llamamiento no a una huelga general, sino a dos. «No podemos ir a una huelga general, tenemos que ir a dos», reclamó el líder sindical leonés. Según expuso, «ahora más que nunca el movimiento sindical es necesario para defender los derechos de los más débiles, los trabajadores», por lo que, a su juicio, es necesario «ir a una huelga general dirigida hacia el Gobierno que ha iniciado esta profunda reforma laboral, hacia el Parlamento y hacia el Senado», y si no fuera suficiente, «este país no se puede conformar con una única huelga general», planteó López, quien calificó de «auténtico escándalo» la reforma laboral diseñada por el Gobierno.

Por su parte, el secretario general de FIA-UGT, el leonés Antonio Deusa, atribuyó al Gobierno de Zapatero una crisis ideológica, contagiado por los gobiernos conservadores de los países de la Unión Europea. «Desgraciadamente, nuestros peores augurios se han cumplido. Aparte de una crisis económica, se está produciendo una crisis ideológica por la que se ha decidido una salida capital en lugar de social a la crisis», criticó el líder sindical en Rodiezmo. «El socialismo hoy es la única respuesta, pero el socialismo efectivo, no plegado a una situación europea de gobiernos conservadores», advirtió. Deusa cerró su discurso con un nuevo llamamiento a la huelga general del día 29: «En la huelga nos jugamos mucho. Alguien me preguntó si va a servir de algo. Esta huelga hay que hacerla por dignidad, y claro que vamos a cambiar cosas», añadió.

Los dirigentes sindicales aprovecharon la tribuna de Rodiezmo para mandar recados al presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, quien el sábado aseguró que él hubiera acudido al mitin-fiesta del sindicato minero. «Nadie puede ni debe sentirse excluido de participar en esta tribuna, pero tampoco nadie puede autoinvitarse», proclamó José Ángel Fernández Villa. «Quieren instrumentalizar y desviar la verdadera intención de este mitin, pero hoy aquí están todos los que tienen que estar, ni uno más ni uno menos. No conseguirán instrumentalizar este acto», afirmó Manuel López, que ayer llegó a su 31.ª edición con algo menos de gente que el año pasado con los alrededores de la campa con muchos coches y autobuses.