Oviedo, Sara ARIAS

«Una persona que está formándose está trabajando para un país; esto es lo que hemos descubierto de la crisis, que la formación y la innovación son fundamentales», aseguró José Luis Rodríguez Zapatero el lunes en una conferencia en Oslo. Tales palabras del presidente del Gobierno generaron ayer un aluvión de críticas en el ámbito político y sindical, y comentarios de indignación a las puertas de las oficinas de Empleo. Parados asturianos encuestados por este diario criticaron una opinión de Rodríguez Zapatero en la que algunos sectores han querido ver un intento de maquillar los duros números del desempleo español.

«Que se dé un paseín por alguna oficina del Inem y se lo diga a la gente que está en paro haciendo cola; a ver si sale bien parado». Así de tajante se mostró Óscar Tomeco, un joven asturiano, recién salido de la Universidad, sin empleo, sin subsidio y sin curso al que acceder porque, explica, la oferta de formación es sólo para los desempleados que hayan trabajado antes. Tomeco forma parte del 40% de jóvenes desempleados que hay en España.

España es el país europeo con la tasa de paro más alta, con casi cuatro millones de personas engrosando las listas del Servicio Público de Empleo (antiguo Inem). Con esos números, el paro es la mayor preocupación de los españoles, según las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Las palabras de Rodríguez Zapatero provocaron ayer que los partidos de la oposición se le echaran encima. El portavoz de Esquerra Republicana, Joan Ridao, apuntó en la dirección de una supuesta maniobra para desvirtuar los datos del desempleo. «Es un vano intento de maquillar la realidad ante los organismos internacionales», señaló. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aseguró también ayer que el Gobierno no ha sacado de las estadísticas «ni a un parado más, ni a uno menos, de los que sacaba el PP», dado que la norma que rige el recuento data de 1985.

Algunos desempleados asturianos comparten esta teoría. Marta Martínez, profesora interina de Secundaria y ahora en paro, considera que Zapatero «está disfrazando los datos del desempleo». Martínez opina que al Presidente «se le podrían decir muchas cosas, como que en vez de recortar por todos lados, priorice los gastos».

La oleada de críticas que ayer recibió el jefe del Ejecutivo intentaron ser frenadas desde el PSOE. José Antonio Alonso, portavoz parlamentario, afirmó que Zapatero «habló de modo claro y entendible; de aumentar las oportunidades a los trabajadores».

A la salida de las oficinas de Empleo en Oviedo, ayer, hubo también quienes opinaron que las palabras de Zapatero se habían malinterpretado. «Creo que es una expresión no adecuada para lo que quería decir y entiendo que siente mal, pero la formación es muy importante; obviamente, los parados no trabajan para el país, pero sí para sí mismos y el beneficio será posterior», opinó Carmen Rodríguez, enfermera. Y añadió: «Es cierto que los cursos de formación podrían ser mucho mejores, pero a veces la gente es reacia a formarse».

Sin embargo, otros se quejan de que los cursos no siempre son tan accesibles como pueda parecer. Pablo Paucas es ecuatoriano, tiene 30 años, su esposa también está en paro y tienen un hijo pequeño. Paucas lleva tres meses desempleado y aún no le han ofrecido ningún curso, a pesar de su «disponibilidad total». Paucas se pregunta: «¿Cursos de formación? No sé cuáles, porque piden unos estudios que yo no tengo, incluso para dependiente se necesita el Bachillerato y si no hago el curso no tengo acceso al trabajo, entonces no soy nada».

El PP fue ayer el partido más crítico con Zapatero. Mariano Rajoy calificó de «absurdas» las declaraciones del Presidente. También señaló que lo «único que se hace es generar una desconfianza mucho mayor de la que ya hay». Cayo Lara, coordinador general de IU, opinó: «Es un gesto de hipocresía y cinismo».

Durán i Lleida adelantó que CIU pedirá la comparecencia de Zapatero en el Congreso y comentó que la de Zapatero es «una tesis sorprendente acerca de lo que debe contabilizarse como parado o no».

En la cola del antiguo Inem hubo ayer alguna palabra gruesa. A pesar de llevar poco tiempo desempleado, al ovetense Rafael García lo dicho por el Presidente le parece «una tomadura de pelo; le podría mandar a la..., pero voy a ser más educado». Más críticas: «Es un lujo que diga eso; es mentira que una persona que se esté formando se considera que está trabajando, se contradice», aseguró la ovetense Lucía Pérez. Fue dependienta y ahora es una de los 72.956 asturianos en paro.