Secretario para la Planificación Territorial y Obras Públicas de la Generalitat de Cataluña

Mieres del Camino, Julio VIVAS

Oriol Nello Colom (Barcelona, 1957) es secretario para la Planificación Territorial del Departamento de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat de Cataluña. Geógrafo de profesión, es socio numerario de la Sociedad Catalana de Geografía y ha sido profesor en Londres, Venecia, Rotterdam, Lisboa y en la Universidad de La Provenza, también ha sido director del Instituto de Estudios Metropolitanos de Barcelona y, entre sus últimos logros profesionales, se encuentra el desarrollo del plan territorial metropolitano de Barcelona, una herramienta para el planeamiento urbano de carácter supramunicipal. Hace unos días, estuvo en Mieres para participar en el curso de verano de la Universidad de Oviedo «Movilidad sostenible», que dirige Fermín Rodríguez, director del Centro de Cooperación de Desarrollo Territorial (CeCodet) de la Universidad.

-En su conferencia, usted hablaba del concepto de metropolitanización de las ciudades, ¿en qué consiste?

-Es algo que el CeCodet lleva estudiando desde hace tiempo de modo brillante, la forma cómo nuestro territorio se nos hace siempre más integrado, más interdependiente. En los inicios del siglo XX, cada municipio era relativamente autocontenido, la gente vivía, compraba, trabajaba y llevaba a los críos al colegio en el mismo municipio. Las dinámicas de integración del territorio, la extensión de las infraestructuras, la forma como se ha asentado la población y la dispersión de los lugares de trabajo, han hecho que nuestro territorio sea cada vez más interdependiente. Es a eso a lo que llamamos metropolitanización, porque los procesos de integración se han producido sobre todo alrededor de las grandes áreas urbanas. Algo que, en el caso de Asturias tendría como ejemplo el triángulo creado entre Oviedo, Gijón y Avilés.

-¿Qué problemas tiene esta tendencia?

-Sobre todo a la hora de plantear políticas de movilidad. La integración del territorio hace que ya no tenga sentido plantearlas únicamente a escala municipal, no tendría sentido que la movilidad se planificara sólo en el lugar en el que vivimos o donde trabajamos. Esto nos llevaría necesariamente a una perspectiva de carácter supramunicipal en la planificación de la movilidad. Desgraciadamente, en España hay una paradoja, ya que el avance de esta tendencia de integración del territorio no se ha visto acompañado de la dotación de instrumentos paralelos de planificación supramunicipal. Seguimos planificando el territorio como si estuviéramos en el tiempo de los municipios autocontenidos y no puede ser.

-¿Qué medidas se pueden tomar al respecto?

-En la actualidad hay planificaciones de carácter regional en el campo del transporte, pero son sólo sectoriales. A mi entender no es posible gestionar el transporte de manera correcta, sin vincular su planificación a la urbanística y territorial, y hacerlo además a escala metropolitana. La forma como se ha dispersado la población en el territorio suele generar más demanda de movilidad, si no somos capaces de corregir esta tendencia hacia la dispersión de la urbanización, la posibilidad de servir esta demanda con transporte colectivo es prácticamente imposible.

-En su caso, han desarrollado el plan integral metropolitano de Barcelona, ¿es un modelo a seguir?

-Ese plan se acaba de aprobar después de décadas de polémicas e intentos fallidos, pero es un instrumento de cierta singularidad en el contexto español, porque no hay muchos casos de planeamiento de carácter supramunicipal que tengan esta voluntad y esta escala. Lo aprobó el Gobierno el pasado 20 de abril y está en las primeras fases de su aplicación. Es un planeamiento que trata esencialmente de conjugar la existencia de un determinado modelo de desarrollo urbano, caracterizado por la complejidad, por la convivencia de usos en el interior de los asentamientos, por la cohesión social, con una planificación del transportes que trate de primar sobre todo el colectivo, dando a las personas las capacidad de moverse fácilmente sobre el espacio.

-¿Y se podría trasladar a otras regiones?

-Cada territorio tiene sus peculiaridades, seguro que aquello que es válido en una parte, no lo es en otra, pero sí que seguramente en todos los entornos de las grandes áreas metropolitanas del país hacen falta instrumentos de coordinación y planificación de escala supramunicipal. Mientras no lo tengamos, las grandes oportunidades que nos plantea el proceso de metropolitanización, y también los grandes retos que este proceso nos plantea, serán muy difíciles de afrontar, porque no tenemos los instrumentos adecuados.

-En el caso del transporte colectivo, en Asturias se ha desarrollado con el Consorcio de Transportes, ¿es una buena medida?

-La integración de la gestión del transporte, y sobre todo la integración tarifaria, ha dado unos resultados excelentes. El billete único, que permite utilizar fácilmente los medios de transporte integrados, ha comportado un estallido extraordinario del uso del transporte colectivo. Importantes como son estos medios de gestión e integración tarifaria, también lo es coordinar este aspecto con el planeamiento urbanístico, porque dar salida sólo a los problemas de movilidad sin preocuparnos de aquellos elementos que generan la movilidad no es una solución.

-Por otro lado, ¿cómo afecta la inmigración en el desarrollo de las ciudades?

-El principal vector de crecimiento en las ciudades es la inmigración extranjera. Conocimos un período entre 1975 y 1996 en el que las tasas de natalidad en España fueron muy bajas, después llegó un período largo, que ahora está interrumpido, de crecimiento y desarrollo económico, y que ha generado una demanda muy fuerte de fuerza de trabajo para ocupar la actividad económica que se generaba. Nosotros no tuvimos en aquel momento los hijos que ahora deberían estar entrando en el mercado laboral, por lo tanto, no es sorprendente en absoluto que se haya producido este crecimiento de la inmigración, que de nuevo es una oportunidad muy grande.

-Otro aspecto al que se ha aludido repetidas veces en la región es la integración de concejos, ¿es una utopía?

-Mi percepción es que, a pesar de la integración de los territorios, hay mucha reticencia a prescindir de los concejos, porque seguimos viviendo en lugares y queremos que éstos mantengan su identidad. En cambio, a través de los ayuntamientos, hay muchas cosas que se pueden gestionar y hay que encontrar formas de asociación nuevas, que sin hacer desaparecer las identidades locales y su expresión administrativa, como son los ayuntamientos, permitan gestión supramunicipal. En Francia han hecho una experiencia muy interesante relacionada con esto, que es el sistema de libre asociación, que les ha dado buenos resultados. Es un sistema a través del cual si uno se asocia con otro concejo para gestionar determinadas cosas, recibe del Estado una ayuda superior a si lo hacen solos. Es similar a las actuales mancomunidades españolas y funciona muy bien.

«La integración del territorio hace que las políticas de movilidad no tengan ningún sentido a escala únicamente municipal»