Oviedo,

M. PÉREZ

Los expertos consideran «un acierto» que la última reforma del Código Penal contemple la responsabilidad penal de personas jurídicas para los delitos de trata de seres humanos, la prostitución y la corrupción de menores. «Ahora se podrá actuar contra el patrimonio de los responsables últimos de estos delitos, que suelen esconderse bajo sociedades para evitar responsabilidades», explicó ayer el abogado avilesino José Ramón Nistal Díaz en el transcurso de la conferencia que cerró las jornadas sobre la reforma penal de este año, organizadas por la Escuela de Práctica Jurídica. Nistal analizó ante un auditorio repleto en el Colegio de Abogados de Oviedo las reformas penales en materia de trata de seres humanos y delitos contra la libertad e indemnidad sexuales.

La responsabilidad penal de las personas jurídicas es un debate histórico en el derecho penal y una de las novedades fundamentales que asume la última reforma penal en España. En la fijación de la responsabilidad imputable, más allá de la aplicada a la persona física, se añade la que corresponde a la persona jurídica por no haber ejercido el debido control sobre sus representantes. Y, además, que la responsabilidad penal de la persona jurídica podrá declararse con independencia de que se pueda o no individualizar la responsabilidad penal de la persona física. Un catálogo más extenso de penas imponibles y unas previsiones específicas para evitar que sea burlada por diversos medios la responsabilidad penal de las personas jurídicas completan este apartado de la reforma.

Al margen de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, José Ramón Nistal Díaz también destacó en su ponencia que «uno de los mayores logros» de la reforma, en lo relativo al delito de trata de seres humanos -tipificado como nuevo delito tras la reforma- es que «puede afectar a cualquier persona, con independencia de su nacionalidad». Para Nistal, este aspecto de la reforma penal «contribuye a la universalización», aunque el abogado penalista critica que la universalización del delito «no es total», porque el Código Penal exige que debe tener un nexo con España.

Además de la trata de seres humanos, la reforma también contempla como nuevos delitos la captación de menores para espectáculos pornográficos, la clientela de prostitución con menores o personas que no pueden decidir por sí mismas y el tráfico ilegal de órganos.