La comarca avilesina y la reserva natural de la ría de Villaviciosa son nidos de migrantes. De ahí que en la ensenada de Llodero, la charca de Zeluán (monumento natural), el Cabo Peñas y la ría maliaya acogieran ayer distintas actividades coincidiendo con el «Día mundial de las aves». Hasta el concejo gozoniego se desplazaron los integrantes de dos colectivos ornitológicos: Mavea y Seo.

Los primeros organizaron una jornada de avistamiento desde el observatorio de Llodero, en la que participaron numerosas personas equipadas con binoculares, cámaras de fotos y también fichas identificativas de diferentes aves acuáticas. El día fue fructífero. Los participantes en la actividad observaron un grupo de dieciséis agujas colipintas, chorlitos, cormoranes... Pero el momento álgido llegó a eso de la una de la tarde, cuando un águila pescadora sobrevoló la charca de Zeluán para satisfacción de los presentes. No era para menos. Esta especie dejó de reproducirse en Asturias hace más de cincuenta años, pero ahora parece que vuelve a asentarse en la región.

Entre tanto, en el Cabo Peñas, el grupo local de Seo-Asturias, que preside el naturalista y periodista de LA NUEVA ESPAÑA Luis Mario Arce, organizó una salida de campo de aproximadamente dos horas de duración con un objetivo: llamar la atención sobre los problemas de conservación de las aves de los medios agrícolas, relacionados principalmente con la pérdida de hábitat. Los participantes se reunieron en el centro de interpretación del Cabo Peñas, donde los integrantes de Seo facilitaron documentación a los asistentes. Poco después iniciaron, pese a la lluvia, un recorrido por las zonas de pastizales y campos de cultivo de la plataforma del cabo, para observar aves en medios agrícolas. También visitaron el brezal de este enclave natural gozoniego, de gran interés sobre todo para avistar aves migrantes. Seo concluyó la jornada con una charla que se celebró en la casa La Escribana, de Luanco, a cargo de José María Fernández Díaz-Formentí, médico estomatólogo y naturalista, autor de libros como el titulado «Bosques de Asturias, en el reino del busgosu».

En la reserva natural de la ría de Villaviciosa también se celebró por todo lo alto el «Día mundial de las aves». Fue con un programa de actividades que permitió, un año más, descubrir la asombrosa diversidad de aves que visitan la zona en esta época del año. El objetivo era divulgar el extraordinario valor de este humedal asturiano como lugar de refugio e invernada de numerosas y variadas especies, según destacaron los expertos en Villaviciosa.

Se organizaron actividades como una salida en barca desde El Puntal por la desembocadura de la ría, «para disfrutar de su increíble paisaje, de una gran variedad de especies de aves», destacó el ornitólogo y guía Ángel Muñoz. «Queremos concienciar a la gente de la importancia que tienen las aves y los lugares como el estuario de esta ría para su conservación», señaló antes de iniciar la excursión en barca. Por la tarde se organizó una ruta complementaria a pie con distintos puntos de parada para observar a los ejemplares que recalan en esta época en la ría de Villaviciosa y que están en pleno viaje migratorio.

Según los técnicos del centro de interpretación de la ría de Villaviciosa, el perfil de gente que participa en las actividades del «Día de las aves» corresponde a «personas concienciadas con el medio ambiente, que les gusta el mundo de las aves, pero que no son gente especializada», explicó Ángel Muñoz. Covadonga Villoria y Toni Pérez participaron por segundo año consecutivo en las actividades del centro de interpretación. «Nos parece interesante y es la oportunidad de observar especies tan de cerca», valoró Covadonga, vecina de Gijón. «En la ruta te acompaña un guía y te facilitan todo el equipo para la observación», destacó Toni Pérez. Durante toda la mañana también estuvo abierto un punto permanente de observación en El Cierrón, un lugar especialmente privilegiado para disfrutar de la gran abundancia y variedad de especies.

El ornitólogo José Francisco Sánchez fue el encargado de mostrar las especies que se dejaban ver en esta zona de la ría, sobre todo anátidas y limícolas. «La gente queda impresionada de la cantidad de aves que pueden reunirse en un espacio tan limitado», explicó Sánchez. El centro de interpretación de la ría de Villaviciosa también acogió talleres y juegos infantiles para acercar el mundo de las aves a los más pequeños. Y es que la reserva natural de la ría de Villaviciosa es, junto al monumento natural de la ensenada de Llodero y el Cabo Peñas, un lugar privilegiado para avistar aves.

En los tres enclaves vuela vida, más que nunca en primavera, cuando las especies migratorias que se desplazan al norte de Europa en su cortejo prenupcial se detienen en la región.