Presidente de Cruz Roja en Asturias

Oviedo,

María José IGLESIAS

Tras ocho años al frente de Cruz Roja en Asturias, Francisco Fernández Corte (Tiraña, Laviana, 1938) dejará la presidencia de la entidad en abril. Se marcha satisfecho con la labor realizada y consciente de que a Cruz Roja en la región le queda mucho por hacer. La organización cuenta en el Principado con 5.738 voluntarios y más de 20.000 socios que pueden votar en el proceso electoral que renovará los órganos de dirección en España. Las urnas se abrirán el 30 de octubre. El proceso culminará en los primeros meses de 2011 con la elección de los miembros del comité y del presidente nacional. El siguiente paso será escoger a los responsables regionales.

-Lleva ocho años al frente de Cruz Roja en Asturias. ¿Cuál ha sido el gran cambio que ha experimentado la organización en este tiempo?

-Mi labor fundamental ha sido dar continuidad a una actividad que ya era muy importante bajo el anterior mandato de Carmen Veiga. Hemos mantenido las 322 asambleas que se encuentran repartidas por Asturias y hemos creado una nueva en Salas que empieza ahora a funcionar.

-No se presentará al proceso electoral que culminará en el mes de abril. ¿Considera que ha agotado su tiempo al frente de la entidad?

-No me voy a presentar. He cumplido mi misión. Pero sí voy a seguir colaborando y trabajando con el comité nacional y con el de Oviedo. Ahora tenemos abierto el plazo de presentación de candidaturas a los comités locales. El proceso se cerrará en abril.

-¿Qué tipo de labor realiza una asamblea local de Cruz Roja?

-Las asambleas locales ponen en marcha los programas. Uno de ellos es el de atención y teleasistencia a discapacitados físicos o psíquicos, que requieren que un voluntario les ayude. Otras actuaciones son el reparto de alimentos y la ayuda social.

-La crisis ha disparado la demanda de ayuda. ¿Qué les piden?

-Con motivo de la crisis crecen las peticiones de alimentos. Lo más llamativo es que la demanda de ayuda llega de personas que de la noche a la mañana se quedaron sin trabajo y no cuentan con los recursos de los que disponían.

-¿Cuál es el perfil de la persona que solicita alimentos?

-Los inmigrantes son el colectivo que lidera la demanda de alimentos y ayuda. Los asturianos de clase media aguantan con la ayuda de la familia. Los que han venido de fuera no cuentan con ese apoyo. Están lejos de su tierra y han venido precisamente porque en sus lugares de origen no tenían ninguna oportunidad.

-¿Prevén un incremento de solicitudes de comida?

-Sí. La crisis pervive y no tiene visos de suavizarse. Este año el presupuesto de subvenciones públicas se mantiene. Como es lógico, nos preocupa lo que pueda pasar el año que viene

-¿La sociedad asturiana es más solidaria en tiempos de crisis?

-La sociedad asturiana es solidaria siempre y, según nuestros datos, especialmente en tiempos de crisis. En Asturias la gente se vuelca con la ayuda a los demás. Por eso se ha dotado a la organización de más medios para trabajar. El local que se va a inaugurar a principios de febrero tiene seis plantas. Entre enero y septiembre se dieron de baja 174 voluntarios y 18 socios. En el mismo período se apuntaron 318 voluntarios y 49 socios, las nuevas incorporaciones son sensiblemente superiores.

-Cruz Roja desarrolla su actividad en ámbitos muy diferentes como cooperación, educación y sanidad. ¿Cómo coordinan todos los equipos?

-Tenemos un equipo de profesionales y un coordinador autonómico que organiza los equipos. Todo se distribuye a través del consejo de dirección. Esto hace que la organización vaya respondiendo puntualmente a los problemas que nos demanda la sociedad. Tenemos un hospital en Gijón. En Oviedo gestionamos el banco de sangre y tejidos y un centro de diálisis. A ello se unen tres casas de acogida en Asturias y veinte pisos de apoyo.

-¿Cruz Roja Asturias tiene alguna peculiaridad que la diferencie de otras organizaciones?

-Asturias, a pesar de ser una región con un millón de habitantes, es una de las primeras de España en donaciones solidarias. Pero esto no quiere decir que todo esté hecho. Tenemos que extender más nuestras actividades.

«No me presentaré a las elecciones, pero seguiré trabajando y colaborando con la organización»