Oviedo, J. A. ARDURA /

P. GONZÁLEZ

El monólogo que pedía el momento, las palabras de alguien que vive en una realidad distinta a la del resto, el balance de toda una carrera política o, simplemente, un tostón de hora y media. Así se condensan algunos de los análisis realizados por los partidos políticos asturianos con representación en la Junta General y por los sindicatos, tras el último discurso de orientación política del socialista Vicente Álvarez Areces como presidente del Principado.

Joaquín Aréstegui, portavoz del grupo parlamentario del PP, fue muy contundente en su valoración sobre las palabras de Areces. «Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia», señaló Aréstegui para añadir: «Ha sido como una presencia de un personaje del teatro del absurdo que se planta a contar cosas que nada tiene que ver con la realidad». Aréstegui fue más allá y afirmó que la intervención del Presidente fue «un tostón de hora y media» en el que hizo un balance de «despedida» de sus doce años de Gobierno que le hicieron recordar «los planes quinquenales de la Unión Soviética». El portavoz del PP subrayó que a Areces se le olvidó «hablar de la Asturias de los parados, de los que lo pasan mal, de la Asturias de la emigración y de otras muchas cosas de las que el Presidente no quiere hablar».

Por contra, desde la bancada socialista, su portavoz, Fernando Lastra, resaltó que «el momento pedía un discurso de esta naturaleza». Lastra se mostró seguro de que «cualquier ciudadano entenderá que el discurso haya sido un balance de gestión en el que uno tiene derecho a señalar los acontecimientos de los que más orgulloso se siente. Ha hecho lo que debía y lo correcto». Lastra añadió que hubiera sido «más dudosa la actitud contraria» en el sentido de que Areces hubiese actuado como «si aquí no hubiera pasado nada y no fuera su último debate como presidente del Principado».

Mientras, Jesús Iglesias, coordinador de IU, socio de Gobierno de Areces, utilizó la técnica del palo y la zanahoria en su análisis sobre las palabras del Presidente. Por un lado, Iglesias manifestó que el balance hecho por Areces de sus tres legislaturas es «legítimo», pero el líder de la coalición de izquierdas echó en falta una mayor dosis de realidad. Por eso Iglesias espera que esta mañana, durante la segunda sesión del debate, «fuera posible centrarse en la realidad de la Asturias de hoy, de los retos que tenemos sobre la mesa y de lo que preocupa a los ciudadanos». Iglesias criticó el optimista discurso de Areces sobre la recuperación de la economía regional: «Aunque Asturias cuente con indicadores más positivos (que otras comunidades), no puede conformarse con ser la tuerta en el país de los ciegos».

Y Roberto Colunga, portavoz de Bloque por Asturies (BA), abundó en la crítica sobre la realidad distorsionada en la que más de un portavoz parlamentario cree que se desarrolló el discurso presidencial. «Asistimos a la ceremonia a la que el Presidente nos tiene acostumbrados en todos estos años. Vive en una realidad en la que se encuentra muy feliz, pero que no coincide con la realidad de los ciudadanos», aseveró para proseguir: «No se quiere dar cuenta de que la gente no tiene trabajo y de que no puede llegar a fin de mes».

Mientras, desde los sindicatos UGT y CC OO se valoró positivamente el compromiso de Areces de cumplir con los acuerdos del pacto social (ACEBA), aunque con matices. Justo Rodríguez Braga (UGT) aplaudió que el discurso de Areces fuera «más realista que en otras ocasiones» y recibió con agrado «la crítica a los mercados financieros especulativos». Pero Rodríguez Braga echó en falta «elementos de cómo afrontar el futuro».

Por su parte, Antonio Pino (CC OO) criticó que Areces «sólo puso el acento en lo positivo. Un Gobierno, además de resaltar sus logros, tiene que poner encima de la mesa la situación real que tenemos» y sentenció: «Ni habló ni concretó nada de los futuros presupuestos».