Presidente de la Asociación de Escritores de Asturias

Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

Carmelo Fernández Alcalde preside desde enero de 2009 la Asociación de Escritores de Asturias (AEA), una entidad que aglutina a un centenar de autores de la región y que acaba de cumplir diez años de existencia. Días atrás, la AEA entregó sus galardones anuales, que recayeron, entre otros, en Juan Cueto y en Francisco García Pérez, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. En los próximos días desarrollará una nueva edición, la décima, de las Jornadas de literatura, que se celebrarán en Pravia, de cuyo cartel forman parte figuras como Luis Alberto de Cuenca, Joan Margarit, Gustavo Martín Garzo o Cristina Fernández Cubas. En la entrevista que sigue, Fernández Alcalde hace balance de esta década de actividad y analiza el panorama literario regional.

-¿Cómo surgió la Asociación de Escritores de Asturias?

-Se creó en Oviedo en el verano del año 2000 por iniciativa de once escritores. El objetivo era promocionar y difundir la obra de los escritores nacidos o residentes en Asturias y defender sus derechos e intereses.

-¿Cómo están celebrando este aniversario?

-Hemos querido cuidar especialmente las dos actividades más importantes que organizamos cada año: las Jornadas de literatura, que se desarrollarán en Pravia los días 5 y 6 de noviembre, y en las que participarán, además de los socios, varios escritores de prestigio nacional, y los premios de la Crítica y de las Letras, que se entregaron el pasado día 7. Ya son un referente cultural en Asturias. Además, acabamos de comenzar a editar en «Literarias» -revista digital de literatura, artes y opinión de la Asociación- varias colecciones dedicadas a la creación, que ahondarán en las posibilidades que ofrece internet para la edición digital y la lectura.

-Se publica mucho, pero ¿hay calidad?

-Sí, claro, y mucha. Pero uno, como lector, siempre echa de menos buenas historias, historias que conmuevan, que marquen un antes y un después en tu vida. Luego siempre se agradece un mayor compromiso personal con lo que se escribe: la literatura puede ser -y para algunos lo es- un modo muy digno de ganarse el cocido, pero es mucho más. A diario corremos el riesgo de caer en un mercantilismo del que Cervantes, Shakespeare o Kafka no se sentirían demasiado orgullosos.

-Abre un libro y ¿qué busca?

-Me gustaría encontrar razones para la emoción, la reflexión, la lucidez, la duda... Preguntas y respuestas, dudas y seguridades, motivos de confianza y de incertidumbre. En definitiva, estímulos para el sentimiento, la inteligencia y la voluntad.

-Frente a las estadísticas negativas que encasillan a España como un país de no lectores, ¿cuál sería el camino ideal a seguir para formar lectores?

-Un análisis de fondo nos llevaría muy lejos. Quiero detenerme en una causa que, en mi opinión, tiene una enorme importancia. Además del ámbito familiar, la escuela es el otro gran espacio privilegiado para despertar la afición por la lectura. Los docentes, y lo digo también desde mi condición de maestro, tendríamos que conocer y apreciar más la literatura infantil y juvenil. En las clases de Lengua, por ejemplo, habría que darle un mayor protagonismo.

-¿Hay tiempo?

-Es cierto que nunca hay tiempo y que los programas son excesivos. Pero el objetivo del área de Lengua no es lograr que los alumnos sean unos expertos filólogos. Los alumnos de Primaria y Secundaria pueden triunfar en la vida sin saber, por ejemplo, que el fonema fricativo velar sordo puede representarse por la letra «j» o con la letra «g» ante «e» y ante «i», como jardín y girar. Lo decisivo es que aprendan a hablar, a escuchar, a leer y a escribir. Y para lograr esto el libro juvenil es el mejor instrumento. Lo cual exige relegar el libro de texto a un segundo plano.

-¿Cómo ve el futuro del libro y de la literatura en general?

-La vida de las personas tiene una estructura narrativa: más que describirla hay que contarla. Es decir, como los personajes de las novelas, se construye y se hace en el tiempo. Por eso, contarse o verse contado en una historia, entre las páginas de un libro, es una necesidad vital para cualquier persona. Y mientras haya hombres y mujeres, vidas que puedan contarse, la literatura no corre ningún peligro de extinción.

-Otra cosa distinta es el soporte de esas historias. ¿El libro electrónico es una amenaza para el libro de papel?

-Cuando se habla del libro electrónico, uno se mueve sobre arenas movedizas. Más que ofrecer respuestas definitivas hay que elaborar un catálogo de dudas, preguntas e inquietudes. Pero es muy importante dejar claro un principio: la necesidad de proteger los derechos de autor en el negocio en torno al libro digital. Y, por otra parte, la conveniencia de que todos los agentes de la cadena del libro afronten los cambios trabajando de forma conjunta, con transparencia y confianza: esto no es una guerra. El negocio nos afecta a todos, pero nunca habrá negocio sin contenidos, y éstos los ponen los escritores.

-¿Cómo ve el panorama literario actual en Asturias?

-Creo que se vislumbra una pujante actividad tanto en el campo de la poética como en el de la narrativa, en una proporción y con unos resultados hasta ahora desconocidos. Aunque prefiero no hacerlo, podría nombrar un buen puñado de escritores que han logrado un enorme peso en el concierto nacional. Los escritores asturianos están haciéndose oír en la literatura española actual. La tierra de Palacio Valdés, Clarín, Pérez de Ayala y Ángel González sigue siendo fértil en escrituras.

-¿Es usted partidario de la oficialidad de la lengua asturiana?

-Desde la Asociación se promociona y se difunde la obra de todos los escritores que están asociados, con independencia de la lengua en la que escriban. De todos modos, lo realmente importante es que haya un compromiso por parte del escritor con el lenguaje, con la escritura, con su tarea. Supongo que entre los socios habrá diferentes sensibilidades. También quiero resaltar el esfuerzo notable que algunas editoriales de la región están llevando a cabo por la edición en asturiano.

-¿Por qué decidió ser escritor?

-Para trabajar la expresión escrita en la asignatura de Lengua, durante las clases inventamos historias entre todos. Las escribimos primero en la pizarra y luego las pasan a la libreta. Así fue como empecé a escribir, casi sin darme cuenta, empujado por la imaginación de mis alumnos. Un día, una de esas historias se escapó de clase y acabó entre las tapas de un libro. De modo que podría decirse que he llegado a este oficio sin querer. Nunca se me había pasado por la cabeza la posibilidad de ser escritor.

-¿Tiene facilidad para la escritura?

-No sé lo que les sucederá a otros escritores, pero a mí inventar historias no me resulta nada fácil. Detrás de cada párrafo, de cada frase y palabra que escribo se esconden muchas horas de trabajo y esfuerzo. Pero otras veces percibes que escribir una ficción es como un sueño, un reto, que saca lo mejor de ti, obligándote a superarte una y otra vez.

-¿Dónde se inspira a la hora de escribir?

-Como afirma Vagas Llosa en «Cartas a un joven novelista», para crear sus ficciones el escritor se alimenta de su propia experiencia, de lugares, situaciones y personas que conoce. Al novelista le sucede como al catoblepas, mítico animal que recreó Borges en su «Manual de zoología fantástica», que se devoraba a sí mismo, empezando por los pies. Cuando escribe, el novelista también se devora y se alimenta de sí mismo. Pero aunque es cierto que la invención pura no existe, pienso que el buen narrador, una vez concluida la novela, debería haber ocultado su vida, sus recuerdos y experiencias, tras el ropaje literario, creando así una ficción autónoma e independiente del escritor, una ficción con vida propia.

Perfil

Carmelo Fernández Alcalde nació en Ventosa de Pisuerga, un pequeño pueblo de la provincia de Palencia. Es maestro y da clases en el Colegio Los Robles (Llanera). Fue la desbordante imaginación de sus alumnos la que años atrás le impulsó a escribir algunas de las historias que se le ocurrían, envolverlas entre dos tapas y convertirlas en libros. Hasta el momento ha publicado tres obras de literatura infantil-juvenil: «Sácame de aquí» (Cálamo), «El policía García y el caso de la extraña epidemia» (Casals) y «La desaparición de Azul» (CCS). Además, colabora con la revista «Platero» y dirige la «Colección de Cuentos Andanzas», que ya suma siete libros de historias escritas e ilustradas por jóvenes. Asimismo, ha escrito numerosos guiones de cuentos para la Televisión del Principado de Asturias (TPA).