Los amantes del cómic habrán identificado rápidamente de dónde procede la careta que estos días lucen en sus manifestaciones públicas los defensores de Julian Assange y de su creación, la red Wikileaks, desde la que se han filtrado cientos de miles de documentos secretos de Estados Unidos. Esa careta corresponde a la del protagonista de la novela gráfica «V de Vendetta», una obra maestra escrita por Alan Moore, ilustrada en su mayoría por David Lloyd y que ha sido llevada al cine por los hermanos Wachowski, los creadores de la saga «Matrix».

La elección del icono por parte de un bando de lo que algunos empiezan a bautizar como «la primera guerra cibernética» (ataques de «hackers» a instituciones que pretenden bloquear la actividad de Wikileaks) tiene su aquél. En «V de Vendetta» el personaje luce esa careta en recuerdo de Guy Fakes, un personaje del siglo XVII inglés ejecutado en 1606 por intentar dinamitar el Parlamento inglés y hacerlo volar por los aires en protesta por las persecuciones a los católicos del rey Jacobo I. «V de Vendetta» tiene lugar en un futuro alternativo en el que el Reino Unido está gobernado por un partido fascista, así que la enmascarada reencarnación de Fakes inicia una violenta campaña para movilizar a los ciudadanos contra quien anula sus libertades. En la película, como ahora con los defensores de Wikileaks, la máscara acaba identificando a todos los sublevados. Estos días, junto a la careta de «V», aparece esta pintada sacada de la película: «El pueblo no debería temer a sus gobernantes; los gobernantes deberían temer al pueblo».