Pravia, J. MORÁN

El empresario Ricardo Pire (Pravia, 1933) evoca en esta tercera y última entrega de «Memorias» su actividad en el PP asturiano y, en particular, su participación en la crisis que enfrentó a Sergio Marqués con el partido entre 1996 y 1999.

l Mítines con verso y candil. «En las elecciones municipales de 1979 muchos ayuntamientos del Occidente fueron para Alianza Popular. Cuando yo empecé en aquellos mítines que daba Cascos, en aquella época toda esta zona (Salas, Cornellana, Grado, Cudillero?), todo era dominio de AP. Fuimos a Cudillero, a un mitin y me dije: "Bueno, a ver cómo toreo aquí". Y no se me ocurrió más que utilizar los versos iniciales de la famosa Amuravela. No se me olvida que comencé diciendo: "En el nombre de Jesús y la Virgen Soberana, voy a echaros este mitin como San Pedro esperaba". Aquello fue atronador. Al final, Juan Luis de la Vallina, me dijo: "Oye, nos dejaste pasmados porque llevaste todas las palmas". Los pixuetos me llamaban "Pirez", y me conocían ya porque llevaba muchos años yendo allí como comerciante. Esperaban por mí. No tengo por qué presumir: era muy querido porque siempre defendí los intereses de todos, además de los de casa. Recuerdo otra muy buena en un pueblo de Somiedo, Villar de Vildas, al que era muy difícil subir. Allí compraba yo los terneros culones para los supermercados. Eran todos de izquierdas, empezando por el Alcalde, y allí empecé yo hasta que logramos cuarenta y tantos afiliados de los setenta u ochenta vecinos que eran. Querían un repetidor de televisión y fue obra de Cascos después de una visita suya. En otros lugares di mítines con candiles de gas porque no había electricidad, o debajo de un hórreo o en el porche de una escuela, o en la casa más grande del pueblo. Conocía a todo el mundo y aquellos mítines eran charlas entre todos, en vez de discursos, aunque yo tenía capacidad para enrollarme».

l Control del partido. «Pasado el tiempo, Juan Luis de la Vallina Velarde, que era el presidente de AP en Asturias, y Álvarez-Cascos tuvieron un enfrentamiento por el control del partido. Vallina era más tranquilo, y partidario de dejar las cosas hacerse. Triunfó Cascos en un congreso regional e Isidro Fernández Rozada fue el nuevo presidente del partido, en 1983. Durante aquel enfrentamiento, en el que hubo sus más y sus menos, vino un día Cascos a Soto del Barco y trate de apaciguar las cosas».

l Crisis y reunión en Covadonga. «Hubo una época en la que yo sostenía que en la Junta General del Principado las personas de talla para el futuro de Asturias y del partido eran Sergio Marqués y Paco Casielles. Marqués, para los discursos, y Casielles, para ejecutar. Eran los dos más dignos representantes de la política. Marqués alcanza la Presidencia del Principado en 1995 y empiezan los líos. Hubo líos al principio por detalles tontos: que si Marqués llegaba a una reunión del partido y se sentaba en la presidencia y desplazaba a Rozada, cosas así; pero aquello fue creciendo de intensidad y el detonante se produjo en un momento en el que estuvieron a punto de arreglarse las cosas. Hubo una reunión del partido en Covadonga, para unificar posturas. Salió bien y quedó todo el mundo de acuerdo, pero a la salida de la reunión Ovidio Sánchez dio su versión de cómo veía el conflicto y fueron unas declaraciones incendiarias. Ovidio, que era presidente de la Junta, e Isidro Rozada pidieron a Cascos que interviniese en el conflicto de Asturias. Yo creo que Cascos no estaba entonces en todos los detalles. Ahora, nunca vi a nadie más habilidoso que Isidro Fernández Rozada. No sé cómo se arreglaba, no lo sé. A Isidro no lo coge un toro jamás; siempre sale adelante. Llegaba Fraga, llegaba Vega, llegaba Cascos, llegaba Aznar?, y con todos tenía entrada».

l Vestirse por los pies. «Escribí una carta a LA NUEVA ESPAÑA, con Casielles y alguno más, apoyando a Marqués y pidiendo que el partido actuase según los estatutos en aquel conflicto. A continuación me llamó Cascos (estaba Casielles de testigo) para que yo rectificase como me pareciera oportuno. Le respondí que no, que yo me vestía por los pies y que no admitía imposición alguna. Después de que creciera el conflicto en el PP, fui uno de los promotores del nacimiento de URAS (Unión Renovadora Asturiana), el partido de Marqués, al que apoyé entonces en muchos mítines, como espectador, no orador. Cometí la torpeza de ser uno de los fundadores de URAS. No me explico cómo pude llegar a caer en aquella tontuna. En URAS estuve lo menos tres años y allí fue donde me convencí, como Paco Casielles, de que Marqués estaba equivocado en el planteamiento que hacía con los regionalistas. Con URAS surge mi distanciamiento de Cascos. Reconozco que metí la pata: no tenía que haber surgido el dichoso URAS, que fue una complicación que no condujo a nada. Hace ya tiempo que Cascos y yo no hablamos, pero sí tenemos contactos por terceras personas y sé que nos apreciamos mutuamente. Sigo siendo militante del PP; no me di de baja con todo aquello».

l Sin plenos poderes. «Tal y como están hoy las cosas en Asturias, Paco Cascos no viene como candidato si no es para hacer una limpieza total en el PP y para buscar las personas que él conoce bien y que sirvan para Asturias. Hay que hacer una limpieza total, porque no hay que olvidar que la mayoría de los puestos que hoy tienen representación en el PP fueron cazados, no sé cómo decirlo, para cubrir el expediente; pero Cascos conoce bien a toda, toda, la familia del PP asturiano. Yo le conozco bien a él, y con Cascos la persona que trabaja tiene éxito, pero el cara y el que quiera vivir del cuento, no, y se los carga. Si le garantizasen plenos poderes para hacer y deshacer mañana mismo vendría, pero eso no hay quien se lo garantice».

l Gabino cumplió. «Gabino de Lorenzo es un gran amigo mío, con el que coincidí tantas veces en su casa de Benia de Onís, y en reuniones, y con Cascos. No tengo más que agradecimiento a Gabino y, sin embargo, con esto de que si Gabino sí o Gabino no, o que si Cascos sí o no, yo no puedo decir nada. Para mí, Gabino es un hombre que siempre cumplió, y Oviedo es de las capitales donde el foráneo se queda impresionado. Ahora, que sea contrario a Cascos como candidato es algo que no me entra en la cabeza recordando las vivencias que tuve junto a ambos. Es incomprensible visto lo yo que conviví con ellos, en actos, en reuniones? No puedo explicar ni lo de Gabino ni lo de Cascos».

l Falta de sentido común. «Hace unos días hablé por teléfono con Fraga, para felicitarle por su cumpleaños. Tiene 88 años y la mente muy clara. Recuerdo momentos entrañables con él, como cuando hacíamos pareja jugando al dominó, en Casa Julián de Niserias. Al dominó soy malísimo y no entiendo cómo me soportaba, pero nunca me echó una bronca. A mí me dio un cacharrazo hace dos años y menos mal que todavía pude contarlo. Me defiendo dentro de lo que cabe, aunque estaba acostumbrado a una vida más activa. Lo que más me preocupa de este momento es la falta de sentido común en la política, con esta situación de España, que está casi en quiebra. Quedo asustado y, salvo excepciones, de los políticos no te puedes fiar. Hay que trabajar y dar el callo, y la política tiene que volver a empezar como cuando iba con Cascos, puerta a puerta, aldea a aldea. No valen tonterías».