Sin miedo a la hinchada. Así parece moverse la líder del PP en Gijón, Pilar Fernández Pardo, «Pilipá» para los amigos y «Pilipá» para los enemigos. Llueven chuzos de punta en el PP asturiano, fracturado como está por la designación del próximo candidato, y, claro, «Pilipá», bestia negra, azul y roja de Francisco Álvarez-Cascos (le derrotó tres veces en su casa, en el congreso de Gijón) no se iba a ir de rositas tras haberse opuesto frontal aunque silenciosamente a que el ex ministro de Fomento, delegado de Jovellanos en la tierra, sea candidato regional. Con estos mimbres no debe extrañar que el cesto pierda el agua y que los casquistas carguen contra «Pilipá» ahora por haberse sumado al nombramiento de Santiago Carrillo, histórico comunista, como «hijo predilecto de Gijón». Pero ahí la tienen a ella, tan silenciosa como retadora. La frase no tiene desperdicio y aunque Fernández Pardo la lanzó como una daga contra la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, «Mapi», el sablazo llega también al casquismo. «La medalla la voy a entregar yo como alcaldesa», le espetó «Pilipá» a «Mapi». Fernández Pardo que vio ayer como, en el pleno del nombramiento, dos de sus concejales se ausentaban en protesta, no sólo no parece dar importancia al gesto sino que piensa ir más allá para disgusto de sus críticos, sí, de esos que bautizan a Carrillo como «el asesino de Paracuellos del Jarama».

Pero «Mapi», que la paz la lleva en el nombre, pero que en política es una guerrera, se la devolvió: «Cuando la primera piedra de El Musel ya dijo iba a inaugurar la obra como Alcaldesa y mira». Si es que los hay que van provocando.