Oviedo, Á. FIDALGO / P. G.

Gabino de Lorenzo, alcalde de Oviedo, no ahorró ayer en adjetivos para atacar con dureza a Francisco Álvarez-Cascos. El regidor ovetense acusó, entre otras cosas, al ex ministro y vicepresidente con Aznar de ser «un especialista en romper partidos» y de ser «un maestro en utilizar la motosierra». Además, De Lorenzo recomendó al ex ministro acudir al psiquiatra por meditar fundar un partido regionalista, lo acusó de buscar un «pucherazo» para ser elegido candidato a la Presidencia del Principado y de favorecer al PSOE con su actitud. Para el Alcalde, la situación protagonizada por el ex ministro, que hace unos días abandonó el PP y baraja fundar un partido de corte regionalista, «no sé si es de política o de psiquiatra, de ir a consultar ¿qué me está pasando?». E indirectamente le recomendó acudir a un especialista: «Quien mejor puede responder a eso (preguntado sobre la actitud de Cascos) es López Ibor, la mejor clínica psiquiátrica del país».

De Lorenzo respondía con esta dureza a las declaraciones que el político gijonés viene realizando en los últimos días -ayer concedió dos entrevistas radiofónicas y participó en una chat de un periódico nacional- sobre la polémica sobre su frustrada candidatura a la Presidencia del Principado. En ellas Álvarez-Cascos acusó al PP y al PSOE de tener un pacto para dejar la Presidencia del Principado en manos de los socialistas, y el Ayuntamiento de Oviedo en las de los populares. «Si alguien ha pactado con el PSOE es Cascos», dijo el líder popular. «Este Ayuntamiento está permanentemente enfrentándose al PSOE. Ahí están las 80 querellas que hemos ganado. Y esto no es el síntoma de un pacto político. Pacto es cuando haces algo para perjudicar a tu partido», añadió. Y recalcó: «Si alguien está haciendo daño electoralmente y moralmente al PP es Cascos. Al único partido que beneficia esto es al PSOE». De todas formas, cree que «es un daño del que nos recuperaremos» y que ganarán las próximas elecciones.

De Lorenzo, además de acusar al ex ministro de querer desembarcar en Asturias a golpe de «motosierra» cortando cabezas en el partido, le echó en cara su abandono de la política «cuando quiso» y en vísperas de la primera victoria electoral del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero. «Nos dejó el pastel ahí, un pastel que llevamos disfrutando hace siete años y medio: enfrentarse a un Gobierno de Zapatero». El Alcalde se quejó de que ahora «vuelve cuando quiere, pero sin volver» en referencia a la ambigüedad demostrada por Álvarez-Cascos en sus declaraciones sobre su disposición para ser candidato. «A estas alturas todavía no sé si este señor quería ser candidato», manifestó, y aseguró que si hubiera «ido de frente, se podría haber llegado a un acuerdo». El problema es que Álvarez-Cascos «habla oculto detrás de un concepto que él llama disponibilidad».

El único elogio que salió ayer de la boca del Alcalde sobre Álvarez-Cascos estaba envenenado. «Es indudable que es un político de pasado importante en el que tiene luces y muchas sombras», espetó. De Lorenzo no eludió ningún tema, e incluso bajó a las cuestiones orgánicas que han rodeado a la candidatura de Álvarez-Cascos, como la insistencia de sus partidarios de convocar un congreso extraordinario. «Para convocar un congreso extraordinario deben darse circunstancias extraordinarias. Y aquí no se daban», dijo. Y se mostró convencido de que aunque se hubiera convocado «lo habría perdido, igual que perdió los congresos en su ciudad, Gijón. Los perdió todos y no dio la cara en ninguno porque presentó a testaferros. Aquí no ha ganado nada».

De Lorenzo considera que es la persona «menos indicada» para apelar a la democracia interna del PP, porque «cuando fue secretario general hizo y deshizo a su manera». En el fondo, el Alcalde está convencido de que la intención del ex ministro con su candidatura era dar «un pucherazo», y aclaró que «Mariano Rajoy y el PP no dan pucherazos desde hace unos años» y que ahora en el partido ya «no hay soberbia ni arrogancia». Puso como ejemplo la elección de Sergio Marqués como candidato al Principado en 1995. «Hubo un responsable único, y otros que por lealtad le seguimos porque era el secretario general. Lo nombró sin democracia interna alguna. Fue una gran sorpresa. porque no lo conocía prácticamente nadie».

Y pasó a ironizar sobre los apoyos que Álvarez-Cascos ha ido perdiendo en los últimos días. «El ejército que tenía está en franca desbandada. Eran cuatro docenas que a la primera de cambio han salido corriendo», apuntó. Dicho esto, tendió la mano a aquellos que «actuaron de buena fe pensando que era el mejor candidato». Los tranquilizó asegurando que «aquí no hay motosierras» y que el objetivo común es «ganar las elecciones del 22 de mayo» y exigió a los que lo siguen apoyando que abandonen sus cargos. De Lorenzo volvió a tirar de historia para hablar de lo sucedido entre Álvarez-Cascos y Sergio Marqués cuando este último era presidente del Principado y el PP acabó fracturándose. De Lorenzo señaló cómo en aquella ocasión, en 1998, el ex ministro «rompió el partido» y a continuación «vino Ovidio Sánchez con buena fe» para rehacer el partido. «Ahora que los vientos soplan favorables al PP en España, y en Asturias se ha recompuesto el partido, aparece esta corriente». Además, aclaró que nunca llamó «terrorista callejero» a Álvarez-Cascos, una de las quejas del ex ministro.