La conspiración urdida por el ex ministro Francisco Álvarez-Cascos y otros destacados dirigentes del PP contra su líder, Mariano Rajoy, tenía como objetivo último colocar a Esperanza Aguirre, la «lideresa» de los populares madrileños, en la presidencia del Gobierno de España, para lo cual era necesario, lógicamente, acabar antes con el actual candidato. Lo desveló Salvador Sostres ayer en el último párrafo de su columna en el diario «El Mundo». Sostres, tertuliano de Tele Madrid, es decir, comunicador perteneciente a las huestes de Esperanza Aguirre, dedica su columna a defender a Cascos de manera vehemente. Se sirve para ello de una frase de la propia Esperanza Aguirre, cuando dijo: «Algo habremos hecho mal para perder a Cascos». Sostres construye su artículo como una carta a Esperanza Aguirre en la cual él contesta a la pregunta lanzada por la presidenta madrileña y dice lo que han hecho mal. La tesis que defiende el columnista es que los aparatos de los partidos sólo promueven a los mediocres y que el PP no sabe defender a sus dirigentes más valiosos, es decir, todo muy en la onda casquista. Pero lo bueno está al final, cuando dice: «¿Qué ha hecho mal el PP, presidenta? ¿Quieres más ejemplos? Qué te parece éste: no vas a ser tú la candidata del partido a presidenta del Gobierno».

Sostres, que hace unas semanas protagonizó una polémica por unas declaraciones captadas por un micrófono abierto durante una pausa publicitaria en un programa de Tele Madrid, presentado precisamente por una ilustre casquista, Isabel Sansebastián, en las que reconocía de forma un tanto burda la excitación que le producen las adolescentes, viene a reforzar los argumentos de los que defienden que la irrupción de Cascos en Asturias obedecía exclusivamente a una maniobra orquestada para ganar poder territorial y forzar que Mariano Rajoy afronte un congreso, un cónclave con voto abierto de los afiliados antes de ser nombrado formalmente candidato popular a las elecciones de marzo de 2012. La buena marcha de los sondeos y la cercanía del poder para los populares, que sacan 18 puntos al PSOE en las encuestas, habría hecho incluso que los partidarios de Aguirre embistieran con más brío.