Oviedo, L. Á. V.

El guardia civil J. P. S. C., que la emprendió a tiros en el cuartel de Villaviciosa y tomó como rehén a la sargento jefe del puesto antes de ser reducido por sus compañeros, en septiembre de 2009, fue juzgado ayer en el Tribunal Militar de La Coruña, ante el que aceptó una condena de seis meses de cárcel por insultos a una superior.

El tribunal ha tenido en cuenta las atenuantes de trastorno mental y embriaguez. Aparte de una enfermedad mental, el día de los hechos el agente había bebido antes de dirigirse al cuartel. El guardia, de 39 años, deberá pagar una multa de 11.200 euros por un delito de daños e indemnizaciones por importe de 4.449 euros, 1.200 de los cuales corresponden a la sargento amenazada y el resto, a la administración del Estado, por los destrozos causados en las instalaciones de la Benemérita en Villaviciosa.

El agente, que fue defendido por el letrado gijonés Ignacio Manso Platero, llevaba casi un año de baja psicológica cuando se produjeron los incidentes. Todavía hoy está de baja, puesto que sufre un trastorno bipolar, además de alcoholismo. El día de los hechos, el ahora condenado entró en los vestuarios del cuartel, forzó la taquilla de un compañero, cogió su arma y efectuó varios disparos (en la puerta de entrada quedaron varios impactos), algunos de ellos en el despacho de la sargento jefe del puesto. Durante los tensos minutos en los que el agente retuvo a la suboficial, éste llegó a disparar contra el teléfono del despacho cuando la mujer iba a cogerlo. La sargento sufrió una pequeña lesión en la mano.

Pocos días después, la suboficial fue destinada a un puesto fuera de la región. En aquel momento se aseguró que la sargento ya había solicitado el traslado un tiempo antes del tiroteo y que no fue consecuencia del incidente.

En el momento en que se produjo el tiroteo, la Unión de Guardias Civiles (UGC) indicó que había puesto en conocimiento del teniente coronel jefe de la Comandancia de Gijón la situación de tensión que se vivía en el cuartel de Villaviciosa. Esta denuncia le valió la apertura de un expediente al secretario regional de la asociación, Ramón Rodríguez, que se está dilucidando estos días.