Anda estos días Xuan Xosé Sánchez Vicente un poco «mosca» por no haber estado más vivo y haber pasado por el registro de la propiedad intelectual para inscribir los eslóganes de campaña de su partido, el PAS, ahora coaligado con el URAS en busca de un hueco en el Parlamento asturiano. La calculadora de Xuan Xosé Sánchez Vicente echa humo después de darse de bruces con los carteles en los que Javier Fernández, el número 1 de los socialistas asturianos a la Presidencia del Principado, es presentado como «La fuerza de Asturias» de cara a las elecciones del próximo 22 de enero.

Al líder del partido regionalista, hasta ahora la cuarta fuerza más votada del Principado, tras PSOE, PP e IU, y cuyos miembros rezan el «virgencita, virgencita, que me quede como estoy» tras la irrupción de Francisco Álvarez-Cascos y su Foro Asturias (FAC), le sangra la lengua de mordérsela (de rabia) al desempolvar sus viejos carteles electorales de 1999 -el año en el que Vicente Álvarez Areces llegó al poder del que se despedirá en mayo- y comprobar que los ideólogos del javierismo le han copiado su lema «La fuerza de Asturies».

Sánchez Vicente debería darse por satisfecho ya que, al menos, el PSOE no le ha copiado el Asturies. Debe ser por aquello de dar continuidad, si Javier Fernández alcanza la victoria en las urnas, a la política lingüística de los últimos doce años en relación con el asturiano. Nada extraño, por otro lado, ya que algo de continuidad tendrá que haber en un hipotético gobierno socialista tras el 22-M si se toman como referencia los cambios en la lista diseñada por Fernández y los suyos. Para contar las caras nuevas sobran los dedos de una mano.