Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

El Ministerio de Fomento ultima los trámites para llevar a cabo de forma inmediata, a través del plan público privado de inversión, «la mayor licitación de la historia de España». Se trata de los proyectos por valor de seis mil millones de euros que aseguren la llegada de la Alta Velocidad ferroviaria a Galicia a finales de 2015. Este horizonte temporal coincide con el anunciado para que el AVE esté en Gijón. Sin embargo, el tendido hacia el Principado, para el que no hay ni estudios ni proyecto, no cuenta, ni de lejos, con las garantías que el ministro José Blanco ofrece para el trazado que unirá la capital de España con su tierra natal, actuación para la que esta misma semana llegó a empeñar su cargo a modo de aval y que, según sus cálculos, conllevará fabulosos beneficios para la comunidad vecina. Entre otras cosas, afirmó que supondrá la creación de miles de puestos de trabajo, un ahorro energético de 39 millones de euros y un incremento de la productividad valorado en 190 millones. Más que un AVE, un tesoro.

Blanco, que denuncia una campaña contra la ejecución del AVE gallego impulsada desde círculos económicos y de opinión madrileños, esgrime esta serie de datos para justificar esa inversión de seis mil millones de euros que permita licitar de una sola vez todo lo concerniente a la construcción del tramo de Alta Velocidad entre Olmedo y Galicia. Y es que, para blindar la operación y evitar retrasos, Fomento contratará al mismo tiempo la apertura de la caja ferroviaria y la instalación de vías y catenarias, algo que no se hizo en la variante de Pajares y que, ahora, amenaza con retrasar aún más la apertura de un tramo fundamental para la mejora de las comunicaciones por tren entre Asturias y la Meseta. Las cifras facilitadas por Blanco durante una conferencia en Santiago de Compostela permiten darse una idea -salvando las distancias económicas y sociales entre comunidades-, lo que, de acuerdo con la visión del Ministerio de Fomento, podría suponer la llegada de la Alta Velocidad ferroviaria a Asturias.

Tras descartar que estemos ante un proyecto «faraónico» ligado directamente a su condición de gallego, José Blanco asegura que los seis mil millones que va a movilizar para el AVE a la comunidad vecina será una inversión «rentable», pese a que numerosos especialistas en economía aplicada sostienen que todo el sistema nacional de Alta Velocidad, incluida la línea de Galicia, supone un quebranto para las arcas públicas. Frente a estas opiniones en contra, el Ministro también afirma que el AVE no sólo contribuirá a la vertebración del territorio, sino que «supondrá una gran oportunidad de desarrollo socioeconómico». El argumento en favor de este tendido parte de la base de que en el ámbito del corredor ferroviario entre Madrid y Galicia residen más de diez millones de personas, conformando un territorio en el que se concentra, en palabras de Blanco, «una cuarta parte de la actividad económica nacional». De ahí que el Ministerio sostenga que, una vez inaugurado el trazado a Valencia, será el gallego el que tendrá un mayor potencial para canalizar tráfico. Y no sólo eso, Fomento subraya que sólo durante el período de ejecución de las obras se van a crear 300.000 empleos, de los que la mitad serán del sector de la construcción.

De todas formas, y pese a esa ingente generación de puestos de trabajo, Blanco subraya que el verdadero efecto benefactor de la llegada del AVE a Galicia se notará a partir de finales de 2015, con la inauguración de la línea. De acuerdo con el avance del estudio de impacto económico que está realizando Fomento, y por lo que respecta a la accesibilidad, el 94 por ciento de la población del corredor estará a menos de 25 kilómetros de una estación de AVE. Además, los tiempos de viaje entre Madrid y las principales ciudades del trazado se reducirán entre un 50 y un 65 por ciento, lo que supone la mayor rebaja de todo el sistema nacional de Alta Velocidad. Otro aspecto destacable, siempre de acuerdo con los datos ministeriales, es que la inauguración del tendido permitirá evitar la emisión de 188.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) cada año, además de un ahorro anual de medio millón de barriles de petróleo, valorado en unos 39 millones de euros.

Desde el punto de vista económico, Fomento asegura que la entrada en servicio del AVE gallego supondrá un aumento del producto interior bruto (PIB), en términos de valor añadido, de 468 millones de euros cada año, además de un incremento de la productividad, derivado de la disminución de los tiempos de viaje, estimado en unos 190 millones de euros anuales. A ello hay que sumar que, según los cálculos de Fomento, la inauguración de la Alta Velocidad facilitará la creación de 9.687 empleos cada año, la mayoría de servicios.