La ley antitabaco está acabando con ellos. Lo dicen los hosteleros asturianos o, al menos, los más de cien que ayer se hicieron oír en una concentración celebrada en Oviedo delante de la sede de la Delegación del Gobierno. Protestaban contra una normativa que, según aseguran, les está provocando pérdidas de hasta el 50 por ciento si hacen la comparativa con los beneficios de los mismos meses del año pasado.

El día 2 de enero España dejó de fumar en el bar y Rosa Rodríguez, propietaria de una sidrería en San Martín del Rey Aurelio, empezó a temer por su negocio ya que «desde ese día, mis ventas han bajado a la mitad», afirma. «Ya nos estamos planteando cerrar», indica. Rosa Rodríguez echa de menos en la barra a los habituales, «a los que iban todos los días a tomar el café o después del trabajo. Además, la gente sale menos a cenar. Como no pueden fumar prefieren llevarse la celebración a casa». Por este motivo esta hostelera no dudó ayer en desplazarse hasta Oviedo para participar en la manifestación. Una fila más atrás y echando un cigarro, Sandra García, ovetense de 23 años y hostelera, también protesta. «Llevo cuatro años trabajando en el negocio familiar y nunca había vivido nada como esto. No tengo ni idea de dónde se toma la gente ahora el café, pero lo que sí que tengo claro es que no lo hace en el bar».

Con este panorama poco halagüeño para todos hosteleros -no sólo para los asturianos: ayer también se celebraron protestas en contra de esta normativa en otras ciudades como Santander o Toledo- los pitidos y las pancartas no pasaron desapercibidos ayer en Oviedo. «¿Prohibiréis mear algún día?», preguntaba uno de los carteles de los manifestantes.

En la movilización del colectivo también estuvo presente el presidente de Hostelería de Asturias, José Luis Álvarez Almeida, que explicó que el sector teme que la llegada del verano aún les cause más daño. «Con el buen tiempo y el sol, creemos que la gente optará más por las playas y las terrazas y dejará aún más de ir al bar». Almeida sostiene que los negocios más afectados por la entrada en vigor de la nueva normativa antitabaco han sido los locales de menos de cien metros cuadrados y la hora en la que se registra una caída de clientes más acusada es «las ocho de la tarde, que coincide con la salida del trabajo de la mayoría de los trabajadores».

Ante estas pérdidas de ingresos, algunos establecimientos ya han tenido que recortar personal. Es el caso de Adolfo Jesús Costa, propietario de un restaurante-parrilla en Oviedo. «Éramos diez empleados y ahora somos siete. He tenido que echar a tres trabajadores porque las ventas han caído a la mitad. Estamos aquí peleando por algo que creemos justo y esperamos que nos hagan caso porque están acabando con el sector». La de ayer no fue la última movilización. El sector hostelero asturiano está dispuesto a seguir con su cruzada hasta lograr sus objetivos, que son claros. «Nosotros cumplimos la ley, pero no estamos de acuerdo con ella. Siempre hemos defendido que tiene que haber locales para fumadores y no fumadores y, además, queremos dejar claro que si antes había pocos bares y restaurantes libres de humos era porque la sociedad no los había demandado», matizó Almeida.

Tras la pancarta de «Prohibición total, ruina del sector» sonaba ayer un silbato y alguien encendía un puro. «¿Me das fuego?», pedía uno. «Toma el mechero».