El presidente del PSE, Jesús Eguiguren, se despachaba ayer con un artículo claro y valiente, de los que marcan época, reprochando a su partido, el PSOE, y a su jefe político -Zapatero- falta de coraje para impulsar a fondo el proceso de paz vasco. Eguiguren lamenta que en España no se vea ese proceso con sentido patriótico. Seguramente tiene razón en casi todo, incluso tal vez en la sinceridad del adiós a ETA del mundo aberzale, pero el problema está en que con el apoyo de ese mundo se ha matado mucho, y a mucha buena gente, y se ha engañado mucho muchas veces. Tanta muerte, tanto engaño y tanta burla no pueden cancelarse de un día para otro firmando un papel de conversión a la democracia. Cuando los que hoy aún tienen miedo dejen de tenerlo y no haga falta vivir con escolta por ser concejal o dirigente local, empezará a haber igualdad de condiciones con los violentos reinsertados.