Director ejecutivo de la cadena de televisión RTL Klub, en Hungría

Oviedo, María José IGLESIAS

Dirk Gerkens Fernández (Bruselas, 1968), director de la cadena de televisión alemana RTL Klub, en Hungría, es asturiano por parte de madre y alemán por vía paterna. Parte de sus raíces familiares están en Camuño (Salas). En este pueblo salense pasó los veranos de niño y vuelve siempre que puede. Apenas recuerda las navidades en Bélgica, donde se crió, porque sus padres les mandaban a él y a su hermana a Asturias con los abuelos. Gerkens pasa unos días en la región, tras disfrutar de la victoria de su equipo, el Real Madrid, el miércoles, contra el Olympique de Lyon en el Santiago Bernabeu.

-Se crió entre Bélgica y Asturias, estudió en Lovaina, hizo un máster en Icade y lleva catorce años en Hungría. Su trayectoria, hasta ahora, no está nada mal.

-Es importante viajar y aprender idiomas. Yo he crecido con las culturas española y belga. Y también alemana, por mi padre. Me consideró muy afortunado. Estudié Económicas y Periodismo en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y luego hice un máster de Derecho y Economía en Icade (Madrid). Mi primer trabajo fue en Círculo de Lectores en Barcelona, empresa del grupo Bertlesman. En 1997, el grupo me envió a Hungría por unos meses para trabajar en el canal RTL. Y después de catorce años allí sigo.

-¿Ve claro el futuro de la televisión en Europa?

-El futuro de la televisión es la propia televisión, ni más ni menos. No estamos sometidos a los riesgos que corren sectores como el musical, con la competencia que tienen en internet. El reto ahora es combatir la fragmentación de las audiencias. Es lo más complejo. Para sobrevivir hay que tener varios canales y asumir el reto de internet.

-¿Entonces, la red es un peligro para los medios convencionales o una oportunidad para ganar nuevos mercados?

-En nuestro caso, observamos que el consumo real de televisión en internet no resta audiencias. Más bien nos sirve para promocionar el producto. El peligro real son grupos como Google o Apple. Los medios tenemos que encontrar un nuevo modelo económico contando con esa plataforma que es internet.

-¿Las redes sociales son un enemigo o un complemento?

-Comunidades como Facebook cogen cada vez más parte del pastel publicitario y eso será un problema a largo plazo.

-¿Internet es incontrolable?

-Tal como está diseñada ahora, sí. Los padres tienen que mantener una vigilancia estricta sobre el uso que hacen los niños de la red.

-El diario «The New York Times» anunció esta semana que empezará a cobrar por acceder a contenidos en la edición digital; Apple y Murdoch lanzan un periódico para el iPad. ¿Será difícil hacer entender al lector que debe pagar por el trabajo periodístico que se expone en internet?

-No hay otra solución que la de cobrar por los contenidos. De momento la publicidad es la única forma viable de financiación. El problema es que las tarifas en internet son más bajas y no se han equiparado aún a las de otros formatos como la prensa escrita.

-¿Cuál es el motivo?

-Los anunciantes buscan la máxima rentabilidad. El precio es la clave. La prensa escrita es la que soporta más presión en la actualidad. Yo creo que deben buscarse nuevos modelos.

-La cuestión es que muchas empresas siguen confiando en el papel para hacer grandes campañas.

-Pues será necesario conjugar todo y ver cómo evoluciona el mercado. Otra cuestión que no debemos olvidar es la tremenda importancia de la información local. Al final, lo que a todo el mundo le interesa más son las noticias de proximidad.

-Es curioso, porque últimamente los sucesos internacionales suscitan gran interés.

-Sí. Pero realmente a la gente normal le interesan las cosas que atañen a su vida cotidiana.

-Ante catástrofes como la que se ha producido en Japón, ¿qué grado de rigor tiene la información que estamos recibiendo?

-En casos como el del terremoto y maremoto de Japón solamente tenemos una visión muy limitada sobre lo que está pasando. No me parece que el Gobierno japonés aporte las mejores explicaciones, precisamente.

-¿Cuándo pasará el efecto mediático del terremoto y de los riesgos nucleares?

-Es una historia que aguantará, como mucho, unas semanas. Igual que ocurrió con las revueltas en el mundo árabe. Hoy en día todo va demasiado rápido y prima lo inmediato. El problema es que tenemos media hora de noticias y la gente también quiere ver lo que pasa en su ciudad y en su país.

-¿Están los húngaros obsesionados con la posible amenaza nuclear?

-La energía nuclear también es un asunto polémico en Hungría. Nuestra misión es tratar de explicar lo que podría pasar en caso de una catástrofe similar a la japonesa. En cualquier caso, a los húngaros Japón o la crisis de Libia les queda un poco lejos.

-¿Aunque el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, haya hablado de apocalipsis?

-Siempre ha habido desastres naturales de todo tipo.

-Hungría aún no ha adoptado el euro como moneda. ¿Es una ventaja para superar la crisis económica?

-En Hungría ya estábamos en crisis antes de la «crisis global». La ventaja es que al no haber adoptado el euro aún existe la posibilidad de devaluar la moneda. Hace tres años entramos en bancarrota y necesitamos un rescate financiero del Fondo Monetario Internacional. Luego vinieron los de Grecia e Irlanda y dejamos de ser los «alumnos malos» de la Unión Europea.

-Tal vez alguno más se sume al club de los «malos».

-No sé qué puede pasar con Portugal o, incluso, con España. Hungría tiene un once por ciento de paro, casi la mitad de la tasa española, que ronda el 20 por ciento. El caso es que España hace diez años era uno de los motores de Europa. Le pasó lo mismo que a Hungría.

-Hungría ostenta la presidencia rotatoria de la Unión Europea. ¿Es una inyección de europeísmo?

-Nos gusta estar en la Unión Europea y, a la vez, tomar decisiones por nuestra cuenta. De mano, nos ha tocado poner en marcha la polémica ley de Medios, que para algunos sectores reduce la libertad de expresión. No se la leyeron bien, porque no es así. El futuro de Hungría está dentro del club europeo, eso no admite discusión.

-El grupo RTL, el primer canal dentro de las televisiones privadas alemanas, posee el veinte por ciento de Antena 3 en España. ¿Es muy distinta la televisión que se hace en España de la del resto de Europa?

-No existe gran diferencia con otros países, aunque creo que en Hungría somos menos sensacionalistas que en España.

-Pero también tienen programas tipo «Gran Hermano».

-Claro. A la gente le encanta cotillear y ver la vida de los demás, es algo connatural al ser humano. De hecho, un informe sobre el uso de la red social Facebook indica que la gente se pasa mucho más tiempo viendo lo que hacen los demás que en sus propias páginas.

-¿Sabe quien es Belén Esteban?

-Pues no caigo.

-¿Seguro? Tiene una hija con el torero Jesulín de Ubrique, toda una estrella televisiva...

-¡Ah, claro! Es una chica rubia que participa en varios programas que conozco. Bueno, en Hungría también triunfa ese perfil.

-¿Qué puede hacer un asturiano en Hungría?

-De mano, conocer un gran país lleno de gente hospitalaria. El carácter de los húngaros es parecido al nuestro. Les encanta España. El Instituto Cervantes de Budapest tiene un éxito tremendo.

-¿Los empresarios asturianos pueden encontrar allí nuevos mercados?

-Los productos gastronómicos podrían tener salida. También sectores como el de la energía eólica. Pero para vender allí hay que ir.

-¿Se vendría a trabajar a Asturias?

-Mejor a Madrid, para poder venir muy a menudo.

Carrera meteórica

Dirk Gerkens Fernández, economista y periodista, tiene 42 años y trabaja desde 1995 para el Grupo alemán RTL, propietario de la cadena de televisión del mismo nombre. RTL es el canal de mayor audiencia entre las televisiones privadas alemanas, que surgió en 1983 fruto de la fusión entre el grupo luxemburgués CLT y el alemán Bertelsmann.

Poliglota y cosmopolita

Gerkens, que habla español, inglés, francés, alemán y húngaro, llegó a RTL procedente de Círculo de Lectores, propiedad de Bertelsmann. En 1995 fue nombrado jefe de la división televisiva.

En 1997 formó parte del equipo que inició las emisiones del canal húngaro de RTL. En 2001 fue nombrado director. También se encarga del desarrollo del grupo en la Europa Central y del Este.