Oviedo, J. MORÁN

José Miguel Oriol, director de Ediciones Encuentro, confió ayer en que la última obra de Benedicto XVI - «Jesús de Nazaret. Desde la entrada en Jerusalén hasta la resurrección»- contribuya a recuperar lectores católicos. «Este libro ha de quitar el miedo de los lectores, porque hace años los seglares católicos, y también el clero católico, leían más que ahora: Teología, Historia de la Iglesia o incluso exégesis».

Oriol presentó ayer el libro del Papa, aparecido el pasado 10 de marzo, en un acto del Club de Prensa LA NUEVA ESPAÑA guiado por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes. La presentación también corrió a cargo de José Luis Restán, director de contenidos de la cadena COPE y presentador del programa «La linterna de la Iglesia»; y de José Miguel García, profesor de Sagrada Escritura en la Facultad San Dámaso de Madrid.

José Miguel Oriol subrayó que «este Papa no da consignas, sino que da que pensar, y sólo pide al lector, en el prólogo, una cierta simpatía para poder dialogar y ser entendido». El responsable de Ediciones Encuentro destacó también una constante en el autor Benedicto XVI: «Plantear continuamente la pregunta sobre qué significa cada elemento de los Evangelios».

Oriol narró un anécdota sucedida con el Papa, cuando el día 9 de marzo le entregó en el Vaticano un ejemplar del su libro ya traducido al castellano: «"¿Se leerá? ", me pregunto Benedicto XVI».

En cuanto a las características de la obra como análisis de los Evangelios, José Miguel García comentó que «durante muchos años los estudiosos del Nuevo Testamento han querido atrapar al Jesús histórico, anterior a la confesión cristiana». Dicho Jesús histórico se presentaba entonces como una figura que «había sido mitificada por la fe de sus seguidores». A esta supuesta mitificación se la denominaba el «Cristo de la fe».

El profesor de la Facultad de San Dámaso lamentó que «esta mentalidad se haya hecho popular y desgraciadamente se escucha desde los púlpitos de las iglesias». El origen de esta disociación entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe tuvo su origen, según José Miguel García, «no en una cuestión técnica, sino en un principio filosófico: la incompatibilidad de la historia y lo sobrenatural, es decir, la imposibilidad de lo sobrenatural en la historia». Por tanto, cabría la pregunta de si «es verdad lo que anuncian los Evangelios o son alegorías».

A esta cuestión responde Benedicto XVI en su libro con «una total confianza en el testimonio evangélico», y con que Jesús es «una figura sensata y convincente». El profesor de Sagrada Escritura juzgó que este segundo volumen del Papa sobre Jesús de Nazaret es «mucho mejor que el primero», ya que contiene «la dramaticidad del tema tratado: los últimos días de Jesús». Con el libro en la mano, «se puede responder a la pregunta que Dostoievski plantea en los "Hermanos Karamazov": "¿Puede un europeo de nuestro tiempo creer en la divinidad de Jesús?"», aseguró José Miguel García.

Por su parte, José Luis Restán resaltó «el esplendor, la seguridad y la alegría del camino de Jesús» descrito por Benedicto XVI. Restán consideró, además, que el «Papa teólogo aborda todas la dudas sobre Jesús», cuyo «método escandaliza». Este método es el de «aprender a través del dolor, no a través del poder de una Iglesia, aunque sea hegemónica, o a través de poderes externos o de este mundo». Es el «método que escandaliza porque es el de un Dios que se ha hecho niño y que al final es crucificado».

Según el periodista de la cadena COPE, con su libro, Benedicto XVI «sale al paso de uno de los grandes temores de nuestra época: necesitamos la verdad, pero tenemos miedo a que la verdad nos lleve a la intolerancia». Dicho temor es «muy propio de España», agregó Restán.

Para el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, el problema del presente consiste en «la concepción racionalista de la fe y de la Revelación, el inmanentismo aplicado a Jesús, el sociologismo aplicado a la Iglesia y el relativismo moral».

Por ello, agregó el mitrado de Oviedo, «lo oportuno de este libro del Papa Benedicto XVI, creyente y estudioso», que es un autor «profundo y leal con el dato revelado y abierto a dialogar con otros autores». Jesús Sanz Montes defendió durante su intervención «un método de acercamiento a Jesús mediante el encuentro real y no mediante el encuentro falaz con un invento nuestro».