Gijón, M. CASTRO

El Tribunal Constitucional y el Gobierno de Zapatero se convirtieron ayer en diana de las críticas del filósofo Gustavo Bueno Martínez por la sentencia que permite la participación en las elecciones municipales del País Vasco a la coalición Bildu, en la que participan personas de la órbita de la ilegalizada Batasuna. El filósofo marxista se pronunció sobre este asunto tras un encuentro con la candidata del PP al Ayuntamiento de Gijón, Pilar Fernández Pardo, en una de las sedes electorales que ha abierto ese partido en la ciudad, a la que también acudió Gustavo Bueno Sánchez, su hijo y coordinador de la Fundación Gustavo Bueno. El encuentro estaba convocado para mostrar el apoyo del PP a poner en marcha una escuela de filosofía de verano en Gijón, en el mes de julio. El gobierno local del PSOE canceló en 2007, tras la aparición de un libro del filósofo muy crítico con el Gobierno de Zapatero, la ayuda a los encuentros de filosofía que Gustavo Bueno había organizado en Gijón durante dieciséis años.

«Me parece horrible». Fue la respuesta inmediata que dio Gustavo Bueno Martínez a la pregunta de los periodistas sobre la decisión del Tribunal Constitucional sobre Bildu. El filósofo mostró su desacuerdo con la distinción que habitualmente se emplea en los medios de comunicación entre los jueces de los altos tribunales españoles, a los que se califica de progresistas o conservadores en función de que los haya designado para el cargo el PSOE o el PP. Los periodistas deberían «decir los llamados conservadores y los llamados progresistas. ¿Cómo puede decir un cretino que éste es progresista porque defiende a la ETA? ¿Qué progresismo hay ahí? El periodista debía decir los llamados progresistas, que no son progresistas ni son nada, es decir, los partidarios del PSOE, sencillamente», señaló Gustavo Bueno padre.

El veterano profesor insistió en que la legalización de Bildu por el Constitucional, revocando la sentencia del Tribunal Supremo en sentido contrario, «me parece que es una vergüenza nacional y un episodio más de la ideología precisamente del Partido Socialista -representada por Zapatero, por Peces-Barba, etcétera- cuando han dicho que esto de la nación y de España es una cosa secundaria, prehistórica. Ésta es la ideología desde el principio. Con la situación en la que han dejado España, el PP lo tiene muy difícil para recuperarla, tal como está España despiezada completamente y a punto de descomponerse, precisamente con estas tonterías del Tribunal Constitucional, del otro y del de más allá. Entonces, me parece muy mal y es una vergüenza que será histórica y que incluso yo creo que servirá para desmitificar el Estado de derecho».

Respecto al caso de supuesta corrupción en el Gobierno del Principado, uno de cuyos imputados es el ex consejero José Luis Iglesias Riopedre, Gustavo Bueno dejó entrever un punto de desconcierto al contraponer lo que se está conociendo de las actuaciones de Riopedre a través del sumario judicial con el conocimiento personal que el filósofo tuvo hace años del hoy imputado.

Bueno dio trabajo a Riopedre como profesor ayudante de Filosofía en la Universidad de Oviedo, cuando regresó de Alemania. Al estallar el caso, «a mí me sorprendió, por el aspecto que tenía en aquellos meses que estuvo en la Facultad; no me casaba la idea de este individuo como un ladrón. Eso no quiere decir nada, pero a mí no me casaba». Ahora, el filósofo opina que «sí parece que ha habido ahí cosas muy serias y la responsabilidad que tenga uno y otro habrá que determinarla, pero realmente no lo sé y la razón es un conocimiento personal de Riopedre de hace muchos años pero suficiente para tener en principio una especie de esperanza de que tenga la menor responsabilidad posible, aunque no lo sé, a lo mejor la tiene toda».