Oviedo, R. L. M.

No es sencillo que una animal logre volver a vivir en libertad tras pasar meses en contacto con los humanos, y menos un oso. Cuando los animales se acostumbran a estar cerca del ser humano, a no tener que buscar comida por ellos mismos y a moverse por un espacio que no es el suyo, sus costumbres cambian. Prueba de ello es que los osos se han acostumbrado tanto a la presencia humana que por eso muchos de ellos se acercan sin miedo a merodear cerca de las viviendas. Es lo que ocurre en Fondos de Veiga (Somiedo), donde se cree que fue un vecino de la localidad el que acabó a tiros con la madre de «Lara» tras ver al animal merodear varias días en sus fincas. Cuando se decidió soltar a «Villarina», la Consejería llegó incluso a congelarle comida para suministrársela en caso de que la esbarda no fuese capaz de alimentarse por sí misma. Los expertos, tanto de la Fundación Oso Pardo como los veterinarios de la Consejería y el Fondo para la Protección de las Especies Animales Salvajes, creían que «Villarina» saldría a buscar el «calor humano». Pero no fue así.

Ahora, la misma incertidumbre existe con «Lara», por eso es necesario evitar que pase mucho más tiempo en Sobrescobio, ya que cuanto más días pase en cautividad más difícil se le torna volver a vivir en libertad.

Primeros auxilios

El equipo de veterinarios asistió a «Lara» ya en el monte. Su estado era grave y había que intentar atajar cuanto antes la infección de la herida. Allí, se le realizó una limpieza de la zona afectada por la dentellada y se le aplicó un sedante para trasladarla hasta Oviedo.

Traslado a Sobrescobio

Tras poco más de un día de ingreso, la osa «Lara», ya con la herida cerrada y tras hacerle una sutura de más de cien puntos, es trasladada al centro de la fauna de Sobrescobio. Muy nerviosa y furiosa durante el traslado, la osa intentó salir de la jaula y mordió los barrotes.

Un lugar más amplio

La osa «Lara», de dieciséis mese, ya corretea por el centro de Redes, ha mejorado de su infección y su herida comienza a cerrarse. El pronóstico es bueno y su evolución favorable. Ahora queda el reto más difícil, lograr que pueda volver a vivir en libertad.