El AVE llegará por primera vez a Asturias a finales de 2015, según el calendario que maneja el Ministerio de Fomento, y lo hará cuando el proceso de liberalización del sector de viajeros de la Alta Velocidad ferroviaria sea ya una realidad. De esta forma, los trenes AVE que estrenen la línea entre el Principado y Madrid podrán ser fletados tanto por operadores privados como por la compañía pública Renfe, en un régimen que está aún por determinar. Según confirmaron ayer mismo fuentes de la empresa de transporte por carretera Alsa, que ya cuenta con los permisos de operador ferroviario y varias experiencias en este campo, es una de las firmas interesadas en una iniciativa liberalizadora que ha sido autorizada por la Unión Europea (UE) y que el departamento que dirige José Blanco pretende tener lista entre 2013 y 2014.

El Ministerio de Fomento espera que la liberalización del servicio resulte rentable para sus dos empresas públicas. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) incrementaría los ingresos por los derechos de explotación de la vía que le tendrán que abonar las operadoras privadas. Por su lado, Renfe podría encontrar un nuevo nicho de negocio en el alquiler de su flota del AVE, una de las más modernas del mundo y que no está siendo utilizada en su integridad.

Junto a Alsa, también han mostrado interés en competir con Renfe en el negocio de la Alta Velocidad ferroviaria empresas como Virgin o El Corte Inglés. Además, en el sector se da prácticamente por hecho que también optará a operar en el AVE español la sociedad francesa de ferrocarriles, la SNCF, así como el operador público alemán Deutsche Bahn, que controla el 77 por ciento de Transfesa, una de las empresas punteras del transporte ferroviario de mercancías, ya liberalizado.

Entre los primeros pasos dados por el departamento que dirige José Blanco para impulsar la liberalización de la Alta Velocidad ferroviaria se encuentra el encargo de un informe para determinar cómo debe ser el reparto futuro de los derechos ferroviarios entre Renfe y los operadores privados que se hagan con algunas líneas. Su objetivo es que todos ellos compitan en condiciones de igualdad.

Por otro lado, la operadora pública está dando los primeros pasos para flexibilizar el sistema de tarifas que aplica en el AVE y equipararlo con el habitual en las compañías aéreas. De esta forma, el precio de los billetes de los trenes de Alta Velocidad se determinará en función de la demanda de viajeros para cada servicio y para cada horario. La empresa que preside Teófilo Serrano espera incrementar de esta manera la rentabilidad de cada plaza.

El nuevo sistema permitirá vender cada billete «al cliente que esté dispuesto a pagar el máximo posible». Esto es, la compañía venderá un «billete a cada tipo de cliente, al precio idóneo, en el momento adecuado», según fuentes de Renfe. De esta manera, la operadora podrá flexibilizar los precios de los billetes de Alta Velocidad en función del horario de los trenes, del día para el que estén programados, así como por el volumen o el perfil que presente la demanda.

La operadora considera que se trata de una «herramienta fundamental» para el futuro de la compañía. En su opinión, la aplicación de este sistema de venta en su negocio del AVE -que tiene consideración de comercial y no está incluido como servicio público universal- es necesaria para garantizar su rentabilidad y poder competir tanto con otros modos de transporte como con las nuevas compañías privadas que puedan adentrarse en el negocio del AVE.