Nava, Mariola MENÉNDEZ
La elección de Emilio Ballesteros (Asturianistes Por Nava) como alcalde fue la sorpresa del día en Nava. La suya fue la segunda lista más votada en las elecciones de mayo y necesitaba los apoyos de Foro Asturias (tres concejales) y del Partido Popular (dos ediles) para sumarlos a sus tres representantes y así arrebatarle el bastón de mando al socialista Claudio Escobio, que contó con los cinco votos de su grupo. Si Ballesteros no lograba la mayoría absoluta, el mandatario pasaría a ser el de la lista más votada, la del PSOE. Y así fue.
Las conversaciones entre asturianistas, foristas y populares se sucedieron hasta última hora, incluso desayunaron juntos. La negociación fue larga y no estuvo exenta de problemas. APN no renunciaba a la Alcaldía y el PP exigía que la voz cantante del tripartito fuera de centro-derecha. El candidato del Partido Popular, José María Osoro, admite que la decisión la tomaron «subiendo las escaleras del Ayuntamiento» y fue en el propio salón de plenos donde anunciaron su renuncia a presentar aspirante a alcalde, dando así pistas de lo que iba a ocurrir. «No íbamos a impedir el cambio que pidieron los ciudadanos», argumenta.
A Emilio Ballesteros le embargó la emoción y le brotaron las lágrimas cuando ocupó el asiento de alcalde, lo que le impidió articular palabra. Pudo poco más que reconocer el trabajo socialista de estos últimos ocho años. Prueba del ajetreo que vivió ayer fue que el hijo del que también fuera regidor naveto, pero por el PSOE, Emilio Ballesteros, se quedó sin batería en su móvil. «Hasta el momento de la votación no sabíamos nada. Íbamos al Pleno pensando que saldría Escobio», admitieron los asturianistas.
Escobio sostiene que «en política hay que saber entrar y salir» y promete seguir trabajando en la oposición. Valora lo ocurrido como parte de «la aritmética del voto» y le echa en cara al PP que es la tercera vez que votan a un partido minoritario para quitarles la Alcaldía (las otras dos apoyaron a Julián Fernández Montes, del PAS, como regidor).
