«Queridos indignados, me alegro muchísimo de que os hayáis decidido a dar un puñetazo en la mesa y expresar vuestro hartazgo con la situación económica y política, que es dramática». Esas eran las primeras palabras de un artículo que el prestigioso economista Luis Garicano (director profesor de Economía y Estrategia de la London School, y premio de la Fundación Banco Herrero) publicó hace unos días en el blog «nadaesgratis.es» del centro de estudios económicos Fedea. Las propuestas que Garicano expuso en el artículo ayudaron a abrir un «enriquecedor debate» con algunos partidarios y detractores del denominado movimiento 15-M, que acaba de abandonar las acampadas pero que promete continuar con las protestas y manifestaciones.

El vallisoletano que le explicó la crisis financiera internacional a la reina Isabel II de Inglaterra señala en su artículo que «tras leer las manifestaciones de este grupo no se ve que su indignación se transforme en un programa coherente de demandas». Las ideas que Garicano propone al grupo de «indignados» para que las integren en sus reclamaciones se asientan sobre tres bases.

l Mercado laboral. «El 40% de los jóvenes que entraron a trabajar con 20 años sigue, a los 40, con contratos temporales. Económicamente demencial y socialmente injusto. La reforma es sencilla: acabar con los contratos temporales y sustituirlos por el contrato único, que sea flexible, pero que va incrementando la protección con cada año que uno trabaja».

l Vivienda. «En España hay más de 1,5 millones de viviendas vacías, por lo que hay que forzar a los bancos y cajas a que dejen de dirigir el crédito a promotores quebrados, con lo que se pondrán en el mercado cientos de miles de vivienda. También hay que dar muchísima más seguridad jurídica al contrato de alquiler para asegurar que los propietarios de los pisos los pongan en alquiler aunque lo que reciban sea una cantidad modesta».

l Educación. «Hace falta aprender idiomas, una universidad en la que los profesores enseñen e investiguen y en la que los estudiantes se formen. Entre debates estériles sobre religión o ciudadanía se ha perdido consciencia sobre el problema del fracaso escolar».

El economista termina su artículo asegurando: «Los "indignados" sois la esperanza de España».

Las propuestas del vallisoletano abrieron el debate en el blog. Uno de los foreros que se identifica como integrante del movimiento del 15-M asegura que las proposiciones del economista «parchean un sistema que, de base, ya no funciona». En cambio, otro afirma que «las medidas que lanzáis desde Fedea son necesarias, aunque sean impopulares y duras, y no creo que ningún partido político las asuma».

El propio Garicano reconoció ayer a LA NUEVA ESPAÑA que «las conversaciones con los "indignados" han sido constructivas y gratificantes. Me han escuchado, les he escuchado, y creo que todos hemos aprendido». Y destaca: «No sé si las propuestas concretas llegarán a influirles, pero es importante tratar de seguir comunicándoles y convenciéndoles de cuáles son las causas objetivas de su complicada situación, y tratando de reformar el "kafkiano" sistema al que se enfrentan en materia de vivienda, educación y, sobre todo, en el dual mercado de trabajo».

A juicio del economista, los jóvenes españoles tienen razones de peso para haber salido a la calle a protestar por sus derechos. Una de las principales bases sobre la que asentar las protestas, asegura, es la elevada tasa de paro juvenil que presenta el país, del 45,4%, cuatro décimas menos de lo que se anotó en el Principado durante el primer trimestre del año.

Para Garicano, dentro del movimiento de «indignados» hay dos tipos bien diferenciados: «Los antisistema, que tienen una carga ideológica enorme que les impide ver los problemas reales, y otra gran mayoría que identifica unos problemas gravísimos pero no sabe muy bien cómo etiquetarlos y tiene curiosidad y quiere aprender lo máximo posible».

En el blog, otro de los partidarios del movimiento afirma que «se está viendo que las sucesivas generaciones van a vivir siempre peor que las anteriores». Y en el foro, uno de los detractores del movimiento cuestiona en el debate abierto por Garicano: «¿De veras creéis que los manifestantes quieren trabajo y universidades exigentes? Era sólo cuestión de tiempo que una juventud educada en los perjuicios contra el capitalismo hiciera esto».

Garicano lo tiene claro: «Creer en el futuro e intentar cambiarlo es esencial para seguir vivo. Es el momento de parar e intentar razonar».