La mayoría de las medidas que se están poniendo en marcha en Asturias para conseguir mantener la población de urogallos y salmones, dos de las principales especies del patrimonio natural de la región, no van por el buen camino e incluso pueden llegar a ser contraproducentes. Ésta fue la principal conclusión a la que llegaron los expertos que ayer participaron en un debate que acogió el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, organizado por la asociación Compromiso Asturias XXI. Para los expertos, es necesario fijarse en las políticas de conservación que se están desarrollando en países como Reino Unido, en el caso de los urogallos, y de Austria y Eslovenia, en el de los salmones, para conseguir la supervivencia de estas especies en Asturias.

Alfredo Ojanguren, profesor de Biodiversidad y Conservación de la Universidad de Saint Andrews (Escocia) y moderador del debate, señaló que «Asturias es una de las regiones que más orgullosas se sienten de su patrimonio natural». Aunque afirmó que «queda mucho trabajo por hacer» para su correcta conservación.

Los expertos comenzaron cuestionando algunas de las propuestas que se están realizando para garantizar la supervivencia de los urogallos asturianos, una especie que se encuentra en peligro de extinción. El doctor en Biología por la Universidad de Oviedo Rolando Rodríguez Muñoz aseguró que estrategias como la de la cría en cautividad, que se están desarrollando en el Principado, ya se han adoptado en otros países europeos con poco éxito. «Ninguno de los países que probaron esta medida, como el caso de Francia, ha conseguido resultados significativos, además es una medida que tiene unos costes muy elevados y que la gran mayoría de los expertos la está desaconsejando». Para el biólogo, Asturias debería adoptar un camino similar al que está tomando Reino Unido para la conservación de este animal. En Escocia, explicó, se está desarrollando un ambicioso programa de conservación de esta especie, financiado por la Unión Europea, en el que se ha estudiado cuáles son los mejores hábitats para que este animal sobreviva y cuáles son las principales causas de mortalidad (entre ellas se identificó el exceso de vallas en los bosques).

«Las medidas que se deberían adoptar en Asturias quizá deberían ser diferentes a las que se tomaron en Escocia, pero la metodología que se ha seguido, identificar el problema y hacer un seguimiento de si las medidas que se han puesto en marcha están teniendo efecto, debe ser aprovechada», destacó Rodríguez. A su entender, el futuro del urogallo en Asturias está ligado a la conservación de los bosques naturales. «Las zonas donde estos animales sobreviven mejor es donde hay una mayor superficie de bosque y la presencia de humanos es menor», concluyó, «el método actual de conservación ha ignorado esto y se ha centrado en otras actuaciones que pueden llegar a tener consecuencias negativas».

Más duro se mostró Manu Esteve, doctor por la Universidad de Barcelona y prestigioso especialista en la reproducción de salmónidos, quien se declaró en contra de las medidas de repoblación de los ríos que se están adoptando en Asturias para garantizar la supervivencia de los salmones. «Los peces criados en piscifactorías pierden la habilidad para sobrevivir en hábitats salvajes, y las repoblaciones están haciendo que disminuya la población salvaje y creando un trastorno en el ecosistema fluvial», explicó. El experto añadió que «el camino de la extinción para una especie está empedrado de buenas intenciones».

Las declaraciones de Esteve tuvieron respuesta durante el debate que se abrió con el público tras la intervención de los ponentes. Varios de los asistentes mostraron su disconformidad con que las repoblaciones vayan en perjuicio de la supervivencia de los salmones. «Un buen ejemplo son los buenos resultados que se han obtenido en el río Esva», destacó uno de los asistentes al evento. Otros salieron en apoyo de las palabras de Esteve, quien argumentó que en algunas regiones de Austria se han prohibido estas prácticas por considerarlas inadecuadas.

Para el experto, otra de las dificultades con las que se encuentran los salmones es el elevado número de obstáculos, como presas o construcciones en las orillas, que hay en los ríos y que les impiden llegar a las zonas de reproducción.

En el evento participó también Jorge Álvarez, socio del despacho Ramón Hermosilla y Gutiérrez de la Roza, que hizo un repaso sobre la legislación en materia medioambiental que se ha venido implantando durante los últimos años.