Gijón, M. CASTRO

Asturias es una de las comunidades españolas con mayor incidencia de enfermedades respiratorias. El tráfico rodado, las calefacciones y industria pesada están detrás de la mayor parte de las emisiones contaminantes a la atmósfera. La Universidad de Oviedo ha iniciado un proyecto para controlar en tiempo real la contaminación del aire, el suelo, el medio marino y el fluvial en Asturias, y para estudiar sus efectos sobre la salud de las personas, en especial la producida por las partículas contaminantes más pequeñas, que se considera que están relacionadas con el desarrollo de tumores pulmonares, asma y alergias.

El proyecto consiste en instalar, a largo plazo, una red con estaciones de control en cada concejo de Asturias, lo que requeriría una inversión de unos 15 millones de euros, según los cálculos del vicerrector de investigación de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda. El elevado presupuesto se debe a que en los medidores de la calidad del aire en esas estaciones se quieren instalar detectores de las partículas contaminantes más pequeñas, conocidas como «carbón negro». Estas partículas orgánicas, con tamaños de entre 0,1 y 1 micra (millonésima parte de un metro) se originan en la combustión y son las más perjudiciales para la salud al penetrar más en el organismo. Las estaciones de medición convencionales tienen medidores de tamaños de hasta 2,5 micras.

García Granda presentó ayer el proyecto en un acto organizado por el Ayuntamiento de Gijón en la Feria de Muestras. El municipio gijonés será el primero de Asturias en contar con una de esas modernas estaciones de medición y aprovechará los datos que se obtengan en la misma para el desarrollo de sus políticas medioambientales, explicó la alcaldesa gijonesa Carmen Moriyón.

Los datos que se obtengan en esta red de estaciones también se cruzarán con estudios epidemiológicos, efectuados por el Instituto Oncológico del Principado de Asturias en colaboración con el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y en los que también se prevé que pueda participar el Hospital de Cabueñes.

La Universidad aspira a obtener 15 millones de euros de programas comunitarios «Life plus» para completar la primera fase de este proyecto en un plazo de tres años. Esa primera fase incluiría la instalación de estaciones de medición en el campus universitario de Gijón, las proximidades de Oviedo (Lugones o Siero), Avilés, Langreo, Somiedo, Ibias, Cangas del Narcea y Nava en tierra, además de sendas boyas cinco kilómetros mar adentro frente al Cabo Busto (Luarca) y Llameres (en las proximidades de Bañugues). En las estaciones marinas, además de la contaminación atmosférica también se medirá la del agua y se tomarán otro tipo de datos como los relativos a las corrientes marinas.

«El proyecto está lanzado y puede ser extremadamente importante para Asturias», señaló ayer Santiago García Granda. Está lanzado porque ya se están efectuando las primeras inversiones, del orden de 100.000 euros, para ubicar estaciones de control de la contaminación en Lugones, Somiedo y Nava, que aún carecen de los sensores para detectar las partículas más pequeñas. El siguiente paso de la Universidad, haya o no fondos europeos, es instalar en el campus de Gijón la primera estación con la tecnología para detectar este tipo de partículas.

La Feria Internacional de Muestras de Asturias dedicó la jornada de ayer al medio ambiente. Además de la presentación de proyectos, el Ayuntamiento de Gijón también organizó actividades especiales para niños y facilitó el acceso gratuito al recinto ferial Luis Adaro a todas las personas que acudieron en bicicleta hasta el mismo, como las que aparecen en la imagen.