Oviedo, M. J. IGLESIAS

El proyecto de la Consejería de Agroganadería y Recursos Naturales del Gobierno asturiano para declarar el lobo especie cinegética, un plan adelantado por LA NUEVA ESPAÑA, es, para expertos como el ex director general de Montes del Principado y militante de Los Verdes y Equo, Joaquín Arce, y varios técnicos de la Consejería, «un buen modo de generar ingresos con la subasta de permisos de caza concretos, limitados y compatibles con el mantenimiento de la población que se autoricen». Para este año está previsto abatir en Asturias 47 ejemplares. Cada partida de las que se realizan ahora como medidas de control de población le cuesta al erario público unos 6.000 euros.

Arce matiza que si parte de los controles de población los realizasen cazadores y no personal pagado por la Administración se generan recursos para las arcas públicas y los cotos. En la comunidad de Castilla y León, donde el lobo está declarado especie cinegética, un cazador paga además unos 5.000 euros por abatir un ejemplar y la actividad se ha convertido en un reclamo turístico de tirón.

Opiniones para todos los gustos. Otros expertos vinculados a la vigilancia forestal, por el contrario, consideran que abrir la veda no es la panacea. «Y si lo hacen quizá tengan que volverse atrás», señalan. Estiman que el planteamiento es «simple y no plantea reducir daños a los ganaderos, ni mejora las tasaciones ni los peritajes, ni establece métodos ahuyentadores».

Arce tampoco coincide plenamente con el Principado, considera que, aunque las sociedades de caza abonen tasas por las monterías, los daños al ganado deben ser pagados por la Administración. Añade que mantener una población de lobos es un bien público que beneficia a la sociedad. «Por eso debe ser financiado por todos», recalca.

Lo ideal, para los especialistas, sería conservar las poblaciones y hacerlas compatibles con la ganadería de montaña. «Los lobos son necesarios para los ecosistemas y suponen una gran riqueza medioambiental para Asturias y un atractivo turístico, siempre que los daños al ganado disminuyan», indican los técnicos. Una de las medidas que propone es favorecer que los cánidos se alimenten preferentemente con animales salvajes, para evitar los ataques al ganado.

Los especialistas creen necesario desarrollar técnicas de manejo del ganado compatibles con la presencia del lobo. Por ejemplo, investigar sobre tipos de cierres que alejen a los ejemplares del ganado. No es un «no» frontal a la propuesta que maneja el Gobierno, sino simplemente matizaciones que podrían ser asumidas por la Consejería.