Oviedo, Eloy MÉNDEZ

La estación «off shore» que se construirá en un punto por determinar en alta mar, a dos kilómetros de la costa entre los cabos Peñas y Busto, contará con una columna central de más de 45 metros de alto -15 sobre el nivel del mar- y de 4,5 de diámetro y que podría albergar un helipuerto en su plataforma superior. La Universidad de Oviedo ya ha recibido el visto bueno del Gobierno del Principado para iniciar la puesta en marcha de este gran complejo, con una inversión de 11,5 millones de euros, que estará finalizado en tres años para que investigadores y empresas prueben prototipos que obtengan energía eléctrica a través de molinos de viento y de la fuerza de las mareas y realicen estudios relacionados con la biodiversidad y el cambio climático. «Es un gran paso en nuestra lucha por la innovación», indicó ayer el rector, Vicente Gotor, durante la presentación de los planos.

Los usuarios de la estación, que nace al amparo del clúster de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático del Campus de Excelencia universitario, podrán poner a prueba sus equipos para generar electricidad -a través del aprovechamiento de la fuerza de las olas y de las corrientes o del uso de aerogeneradores eólicos que se mueven con el viento marino- o para la elaboración de estudios biológicos. La infraestructura se organizará en torno a una gran columna central situada en el Cantábrico y de la que partirá el sistema de transferencia multimodal, integrado por un cable submarino que llegará hasta la costa para transmitir la electricidad, los datos sobre las condiciones bajo las que se genera esa electricidad y materiales sólidos.

Las investigaciones se realizarán en unas plataformas flotantes conectadas con la columna de experimentación. Es decir, grandes estructuras modulares que crecerán poco a poco en tamaño a medida que avance el desarrollo del proyecto. En estos paneles se podrán desarrollar todas las investigaciones alternativas a la consecución de energía eléctrica, como el desarrollo de la cría de especies marinas, de desalinizadoras o informes sobre la calidad del agua y la conducta de aves.

Toda la zona de experimentación estará monitorizada gracias a unas boyas oceanográficas que, además, formarán parte del sistema de estaciones del Principado de Asturias para la predicción de la meteorología. Una de estas boyas envía ya datos desde septiembre, en un punto de la costa situado a poca distancia de Luanco.

«Esta estación beneficia, sobre todo, a la sociedad, ya que posibilita el desarrollo de una economía basada en el conocimiento y que garantiza el bienestar de los ciudadanos», indicó durante la presentación la consejera de Educación y Universidades, Ana Isabel Álvarez, que también se mostró convencida de que «con esta idea se abren grandes posibilidades de inserción laboral». Las primeras investigaciones podrían comenzar en 2015 y se llevarán a cabo desde las dos sedes terrestres de la estación «off shore». Por una parte, se construirá en el litoral un centro intermedio, que acogerá los equipos relacionados con el transporte de energía y el laboratorio para el análisis de la biodiversidad. Además, el complejo se dirigirá desde el Parque Científico y Tecnológico de Gijón, donde se centralizará toda la actividad.

La vicerrectora del Campus de Excelencia Internacional (CEI), María Paz Suárez Rendueles, destacó ayer el valor simbólico que este proyecto tiene para la Universidad de Oviedo, tanto por su elevado montante económico como por las posibilidades que abre a muchos de los investigadores que realizan sus labores en la institución académica asturiana. «Abre una nueva etapa para el desarrollo de la ciencia en la región», indicó, en compañía del gerente del clúster de Energía, Enrique Jáimez. La gran instalación marina es la primera de estas características que se construye a instancias de una Universidad española y se ha convertido en un símbolo, incluso antes de nacer, para buena parte de los investigadores relacionados con materias técnicas y biológicas.